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EL GITANO ES EL LADRÓN HASTA PARA UN EJERCICIO DE LENGUA

Antigitanismo y racismo es catalogar a un grupo de personas con estereotipos y prejuicios negativos. A los gitanos y gitanas siempre nos cuelgan los mismos. Un estereotipo clásico estrella es que los gitanos son ladrones, igual que dicen las mujeres son débiles o los andaluces son vagos.

Esta idea se construye socialmente. Educan nuestros discursos desde que somos niños y niñas. En casa, en televisión, en los cuentos y resulta que también en los materiales educativos y contenidos curriculares. Hoy nos hemos despertado con esta joya.

La empresa Snappet en estos meses se está encargando de liderar el contenido académico adaptado a las nuevas tecnologías, para que de esta forma, el alumnado no se quede atrás durante la vigencia del estado de alarma. De hecho, tienen versiones no solo en España, sino también en Holanda, Alemania, Francia e Italia, siendo los centros educativos y las familias del alumnado sus clientes. Al respecto de ello, con estas adaptaciones curriculares nos cabe una duda, ¿quién controla el contenido que sobre las tabletas aparecen?, ¿los centros educativos, desbordados de todo el trabajo a distancia cuando nuestro país no estaba preparado para ello, las familias? La web Snappet, usa en sus ejercicios digitales para el alumnado este bonito ejercicio. Donde casualmente un gitanillo huye con un cochinillo ¿Por qué huye?…Sí, la mente es así de rápida. Porque lo estaba robando. La imagen del gitano que roba en los campos es ancestral, muy antigua en nuestro inconsciente colectivo. Por eso es tan fácil que los prejuicios, como los de la imagen que acompaña a esta publicación, se cuelen. Por eso es tan fácil colarles la idea a nuestros niños y niñas que es el gitano quien roba el cochinillo en un ejercicio de Lengua. No iba a ser el payo, por supuesto.

Avivar en los niños y niñas esta asociación Gitano-ladrón es un ejemplo claro de un antigitanismo sutil y soterrado pero no por ello menos dañino. Cuando es tan sutil y aparentemente inocente es fácil no detectarlo. Pero la brecha educativa del alumnado gitano va más allá de la digital. La brecha la tenemos en el racismo cotidiano, ese que parece que no hace tanto daño. Se parece quizás a los micromachismos, donde mamá limpia y papá trabaja. Aquí el gitano roba el cochino y la empresa envía a miles de niños y niñas su ejercicio. Las brechas son graves. Véase la digital y la antigitana. A cada cual más perversa.

Pero desde FAKALI no queremos llegar tarde. Porque este tipo de etiquetas, que hasta en el contexto escolar se reafirma y se trasmite, tiene consecuencias trágicas.  ¿Qué idea creen que movió el asesinato de Rociana en Huelva hace tan solo unas semanas? Y por qué levantó incluso aplausos en algunas cadenas de televisión. Resonaba en los discursos ese argumento que justifica que los gitanos son ladrones y que el castigo de la muerte es el más justo. El mismo argumento que sostuvo las prágmáticas antigitanas y el holocausto gitano. Suena fuerte, pero es así de simple: Los estereotipos generan racismo y odio, y el odio engendra la violencia.

La Universidad complutense de Madrid en colaboración con el Ministerio de Educación publicó en 2017 el estudio La cultura del pueblo gitano en el currículo de la educación obligatoria, a través de su presencia, ausencia y percepción en los libros de texto. Este estudio concluyó que el 84,4% de las referencias al pueblo gitano en los contenidos educativos analizados representaban contenidos anecdóticos y prejuiciosos, y tan sólo un 15,6% pueden considerarse inclusivas y respetuosas”. Hacemos un llamamiento a todas las empresas editoriales privadas que disponen los contenidos a los centros escolares a que apliquen una perspectiva intercultural y respetuosa y cumplan con el código ético que visibilice a las personas y grupos sociales de manera digna y libre de etiquetas prejuiciosas. Y contribuyan a invertir las cifras de aquel estudio. Y apelamos al profesorado, a la escuela y las familias a que continúe en su esfuerzo de crear una escuela que protege de la discriminación, el bullying o el desprestigio del alumnado perteneciente a minorías como la gitana  A que crea firmemente en  la igualdad de trato y no discriminación del alumnado por motivos de origen nacional o racial, discapacidad, orientación o identidad sexual y de género, o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Queremos compartir con el profesorado, con las familias y la sociedad en general la necesidad de una mirada crítica y una respuesta contundente contra este tipo de contenidos y la unión de esfuerzos para la promoción de la convivencia, el respeto intercultural y la eliminación del Antigitanismo dentro de la escuela.