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GALA DE MUJERES GITANAS ANDALUZAS: ANDALUCÍA TIERRA GITANA

La Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas FAKALI, en el marco del Día del Pueblo Gitano Andaluz y del Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ha reconocido a varios hombres y mujeres gitanas referentes en la lucha por la igualdad de género en su Gala de Mujeres Gitanas Andaluzas: Andalucía Tierra Gitana.

Así, la federación ha mostrado el rostro y la voz de diversas personalidades pertenecientes a una cultura sistemáticamente silenciada, con el objetivo de mantener ricos los valores socioculturales del Pueblo Gitano, de los que se siente plenamente orgullosa. Todo mediante el reconocimiento de cinco historias de trabajo y esfuerzo de mujeres y hombres, gitanas y gitanos, firmes en su compromiso con la protección y la difusión de los valores democráticos de la interculturalidad y la convivencia, su lucha contra las desigualdades sociales y la defensa de los derechos de la mujer.

El acto ha contado con la presencia de Beatriz Carrillo de los Reyes, presidenta de FAKALI; Blanca Gastalver Molina, delegada de Educación, Familia, Igualdad, Juventud y Asociaciones del Ayuntamiento de Sevilla, María Luisa Cava, delegada territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía en Sevilla; Manuel Loreto, director general del Distrito Macarena; y María del Mar González, concejal del Ayuntamiento de Sevilla.

“En esta conmemoración aunamos dos fechas significativas para el Pueblo Gitano como son el Día del Pueblo Gitano en Andalucía y el Día internacional para la erradicación de la violencia machista, luchas en las que las mujeres gitanas son pioneras” ha apuntado Beatriz Carrillo en su intervención. “Hoy homenajeamos tanto a los hombres y mujeres gitanas -ha incidido- nos han abierto camino, como a las nuevas generaciones que con su propio discurso son un ejemplo de igualdad y progreso”.

El primer reconocimiento ha sido a la trayectoria de Fernanda y Bernarda de Utrera, dos históricas referentes del cante gitano que llevaron su don por todo el mundo, siendo David Muñoz Jiménez, sobrino de tan insignes artistas, el encargado de recoger el premio.

En segundo lugar, se ha reconocido al grupo nacional de jóvenes gitanos Gitan@s de hoy, por su labor en la concienciación ante el antigitanismo, el racismo y el machismo.

En tercer lugar, se ha honrado a Manuel Rondón, por sus décadas de activismo y compromiso personal en favor de la erradicación del antigitanismo.

En cuarto lugar, se ha premiado al Komando G de Polígono Sur, por trabajo en red en Polígono Sur ante la violencia machista. María Valencia y María Luisa Caballero, dos de sus integrantes, han sido las encargadas de recoger el galardón.

Y, en último lugar, se ha galardonado a Pilar Vargas, por su trayectoria deportiva al ser la primera mujer en obtener el título de entrenadora nacional, así como la primera seleccionadora del combinado andaluz femenino.

El acto, que ha tenido lugar en el Patio de la Delegación de Gobierno en Andalucía, en la Plaza de España, se ha cerrado de manera emotiva con la actuación de la cantaora jerezana María del Mar Barea y del tocaor Mariano Silva.

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FAKALI, UN AÑO MÁS CON LA BANDERA GITANA EN EL PARLAMENTO DE ANDALUCÍA

La Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas FAKALI vuelve a participar en el tradicional acto de entrega e izada de la bandera del Pueblo Gitano en el Parlamento de Andalucía, que ondea en la sede de la Cámara, en conmemoración del Día del Pueblo Gitano de Andalucía.

Ya son catorce años que el 22 de noviembre, Día de la Andalucía Gitana, FAKALI participa en la entrega de la bandera gitana en el Parlamento de Andalucía, la casa de todas las personas andaluzas. Este gesto simboliza y reconoce la conexión cultural entre Andalucía y el Pueblo Gitano, destacando la diversidad de nuestra región.

Beatriz Carrillo de los Reyes, presidenta de FAKALI, destaca que “FAKALI es la única organización que ha traído el símbolo gitano al Parlamento a lo largo de la historia, que ha organizado estos actos tan importantes presumiendo que nuestra tierra es tierra gitana”.

FAKALI, conocedora de la importancia de visibilizar la idiosincrasia del Pueblo Gitano y de su heterogeneidad, lleva catorce años protagonizando uno de los actos más importantes del día del Pueblo Gitano de Andalucía en la casa de todos y todas las andaluzas. “Hemos logrado llevar a la agenda política el papel tan importante que tiene el Pueblo Gitano, especialmente las mujeres, que somos las que tenemos que luchar el doble o el triple para alcanzar la tan deseada igualdad”, ensalza Carrillo de los Reyes.

“La bandera es el símbolo donde se condensa la lucha y las ansias de libertad del Pueblo Gitano, especialmente aquí en Andalucía”, insiste. Este evento institucional no sólo es un acto protocolario, sino también una afirmación de las demandas del Pueblo Gitano. Un gesto simbólico mediante el cual se impregna con la identidad gitana esta institución, que es el máximo emblema de comunidad todas las personas andaluzas. Al mismo tiempo, sirve para resaltar las necesidades y el camino histórico que la comunidad gitana ha recorrido y aún tiene por delante.

Durante dos décadas, desde su fundación, FAKALI ha estado comprometida en abordar estas disparidades y situar al Pueblo Gitano en la posición que le corresponde, desafiando la idea de que las situaciones de vulnerabilidad que enfrenta no definan su identidad, como ha sido la percepción común. Esto es particularmente relevante para contrarrestar la transmisión de su degradada imagen social.

La celebración anual de FAKALI ha marcado catorce años consecutivos de lucha y reivindicación. Este acto, que destaca la diversidad de Andalucía, se ha convertido en un hito que reconoce la importancia del Pueblo Gitano en la historia y la identidad de la comunidad andaluza. Beatriz Carrillo de los Reyes, presidenta de FAKALI, enfatiza la relevancia de este evento “como un paso crucial para visibilizar la idiosincrasia gitana y combatir las disparidades, especialmente para las mujeres gitanas que luchan por la igualdad”.

La entrega de la bandera gitana no solo es un acto protocolario, sino también una afirmación de las demandas de la comunidad gitana, destacando las necesidades históricas y el camino que aún queda por recorrer. A lo largo de los años, FAKALI ha desafiado estereotipos y trabajado incansablemente para posicionar al Pueblo Gitano en la esfera política, contribuyendo a cambiar la percepción común y resaltando la rica identidad gitana que es parte integral de la comunidad andaluza.

En el marco de este acto protocolario, FAKALI también ha participado en el pleno del Consejo Andaluz del Pueblo Gitano celebrado en el Parlamento de Andalucía, como entidad referente del movimiento asociativo gitano en la comunidad autónoma, e integrante de este órgano consultivo de pleno derecho. Igualmente, esta entidad ha formado parte de las actividades desarrolladas en la fachada principal del edificio, que incluían la lectura de un manifiesto y la interpretación del himno internacional gitano “Gelem Gelem”.

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22N ANDALUCÍA TIERRA GITANA

El 22 de noviembre de 1996, el Parlamento de Andalucía estableció el 22 de noviembre como el Día de los Gitanos y las Gitanas de Andalucía al recordar la fecha de la llegada romaní a estas tierras en 1462. Desde entonces, nuestra tierra, su historia y su cultura no pueden entenderse sin la decisiva influencia del Pueblo Gitano, que llegó hace casi seis siglos para jugar un papel fundamental en la conformación de las señas identitarias de lo que hoy es Andalucía.

Hoy en día, los datos más certeros apuntan a que el 5% de la población andaluza es gitana. Es decir, hablamos de nuestros vecinos y vecinas, gitanos y gitanas, hombres y mujeres que han ido influenciando con el paso de los años en la identidad de nuestra comunidad. Porque no debemos olvidar sus creaciones e intercambios culturales, su impronta, y cómo y de qué manera han forjado buena parte del alma de Andalucía.

Hablar de Andalucía es hablar de gitanidad y viceversa. Tenemos los ejemplos de José Monge Cruz, Camarón de la Isla, uno de nuestros hijos más insignes; o de Pastora Imperio, una mujer gitana y andaluza que rompió moldes anquilosados en la revolución de las mujeres. Pero hablar de gitanidad también es hablar de Falla, Turina, Granados, Lorca, Romero de Torres, Picasso o Aleixandre. Y es que todos, absolutamente todos, los abanderados de nuestra cultura andaluza, cuando han querido exportar al mundo lo más genuinamente andaluz, lo han hecho a través de los gitanos y las gitanas y sus creaciones culturales.

Porque hablar de Andalucía también es hablar del traje más representativo, más ilustre y más internacional de toda España: el de gitana. Creado, además, por las mujeres romaníes que asistían a las primeras ferias de ganado. También lo es el Sacromonte de Granada, Triana en Sevilla, Santa María en Cádiz o Santiago y San Miguel en Jerez de la Frontera. Cada barrio y cada zona tiene un reflejo gitano que no hace más que mostrar la evidencia inequívoca de que el acervo sociocultural andaluz es genuinamente gitano.

Hay ejemplos en nuestra lengua, por donde pasan infinidad de palabras que son descendientes del romanó, la lengua del Pueblo Gitano en todo el mundo. También en nuestra gastronomía. E incluso en el empleo. Porque la cultura gitana también es generadora de riqueza. Porque existen oficios genuinamente romaníes, como las fraguas, la alfarería de Triana, la cestería, los tratantes de ganado y, por supuesto, la venta ambulante, oficio que tiene su origen en los zocos andalusíes y que, con la población gitana, también se ha exportado a prácticamente todo el mundo. Como el Flamenco, siendo igualmente la cultura gitana un eslabón indispensable en este menester, tal y como lo refiere la exposición de motivos de la nueva Ley del Flamenco de Andalucía.

Porque, en definitiva, ser andaluz, es ser medio gitano. Y así queda marcado en cada fiesta o manifestación cultural de nuestra tierra. Se verá ahora en las zambombas de Jerez y Arcos de la Frontera, un producto que se exporta a toda España, y que vuelve a tener en las casas gitanas unas valedoras inconmensurables. Como también ocurre en la Semana Santa, con tantas cofradías gitanas repartidas por toda nuestra geografía.

Pese a todo, las sombras de la discriminación y sus funestas consecuencias marcan el devenir histórico del Pueblo Gitano, el grupo social minoritario más importante de Andalucía, que todavía hoy en día sigue estando en el vagón de cola de prácticamente todos los índices de desarrollo humano de nuestra sociedad.

Es responsabilidad de todas las instituciones públicas, garantes de nuestra Constitución, trabajar de forma unida y cohesionada contra las manifestaciones de odio que, de manera recurrente, recaen sobre el Pueblo Gitano. De ahí que sea necesario incidir, más aún en días señalados como éste, en el diseño de políticas sociales en las que los valores de la sensibilización y la concienciación ejerzan de aliados fundamentales contra el antigitanismo.

Tenemos importantes desafíos que afrontar, como facilitar el acceso a la educación, la salud, el empleo o la vivienda; la lucha contra la pobreza, la exclusión social y la brecha digital; y especialmente combatir contra todo acto de discriminación antigitano que se produzca. En este sentido, también contamos con una herramienta legal como es la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación, que ha impulsado la inclusión, en nuestro Código Penal, del antigitanismo como una forma de motivación a la hora de cometer delitos de odio.

El compromiso de las instituciones debe tener una sola dirección: el trabajo de sensibilización, promoción y atención al Pueblo Gitano bajo la colaboración de organizaciones romaníes expertas en la defensa de la dignidad del Pueblo Gitano.

Debemos apostar por un futuro donde la infancia y la juventud romaníes no sufran los sinsabores del racismo, la exclusión y la pobreza. Por ello, desde FAKALI:

  • Manifestamos el rechazo hacia todas las formas de discriminación sufridas por el Pueblo Gitano, utilizando las herramientas legales existentes. Es imprescindible aunar esfuerzos en la lucha contra el antigitanismo, para lograr alcanzar un consenso que reconozca y combata esta lacra que se manifiesta a nivel mundial.
  • Incidimos en tejer alianzas políticas que contribuyan a facilitar a los gitanos y a las gitanas el acceso a todos los derechos constitucionalmente reconocidos en condiciones de igualdad.
  • Seguimos poniendo en valor las creaciones culturales gitano-andaluzas, que han tejido una parte imborrable del alma de nuestra tierra, siendo eminentemente necesaria su proyección, divulgación y conocimiento.
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MOVIMIENTO ASOCIATIVO Y GITANIDAD, CUESTIÓN DE PRINCIPIOS Y REPRESENTATIVIDAD

9 de octubre, Día Nacional del Tercer Sector de Acción Social

El Gobierno de España, por medio de acuerdo de su Consejo de Ministros, estableció el pasado año 2022 que el 9 de octubre quede señalado como Día Nacional del Tercer Sector de Acción Social. Esta decisión supone mucho más que un acto meramente simbólico, ya que con esta efeméride se reconoce y visibiliza, ante toda la sociedad, la importantísima labor que las entidades del Tercer Sector llevan a cabo a la hora de contribuir a una mejor cohesión social.

Para las entidades que formamos parte de este sector es fundamental que la sociedad conozca mejor algunas realidades sociales y las acciones que llevamos a cabo con el objetivo de defender y garantizar los derechos de toda la ciudadanía, pero especialmente de aquellos grupos sociales que todavía no pueden ejercer sus derechos constitucionalmente reconocidos en pie de igualdad, y se enfrentan a la discriminación, la pobreza y la exclusión.

Todas las entidades sociales nos hemos consolidado en España como un sector solvente, serio y seguro, que complementa de manera esencial a los servicios sociales gestionados por las diferentes administraciones públicas, consiguiendo llegar de forma más efectiva a aquellos espacios donde estas no lo hacen con facilidad. Las organizaciones acercamos así la realidad de la sociedad civil al entramado burocrático de la administración, que en muchas ocasiones avanza más lentamente que las propias dificultades y situaciones a las que se enfrentan las personas vulnerables en su devenir diario.

Del mismo modo, las entidades del Tercer Sector contribuimos a mejorar la participación social de la ciudadanía, y establecemos mecanismos de cooperación y coordinación orientadas a mejorar la atención social de las administraciones públicas, fomentando la transparencia y mejorando nuestra calidad democrática.

A nadie se le puede escapar la fundamental labor llevada a cabo por el Tercer Sector a la hora de contener el terrible impacto causado por las circunstancias económicas y sociales derivadas de la pandemia del Covid-19, desarrollando iniciativas que permitieron contribuir a minimizar las consecuencias en los sectores más vulnerados.  Durante este complicado periodo, muchas entidades sociales fuimos el único asidero al que pudieron agarrarse miles de personas en este país para poder vivir con dignidad.

Nosotras en FAKALI, como mujeres gitanas comprometidas desde hace más de 20 años en la lucha en favor de los derechos del Pueblo Gitano y contra todo tipo de discriminación, reivindicamos diariamente no sólo la importancia en general que las entidades sociales tienen en una sociedad democrática como la nuestra, sino el papel relevante que el movimiento asociativo gitano tiene a la hora de poner el foco sobre las desigualdades que acucian a la minoría social más numerosa e importante que tiene este país, y que todavía siguen pendiente de solución, tratando de poner en las agendas públicas y políticas el desarrollo de medidas y normas que incluyan la realidad específica de la población gitana.

Por ello, defendemos que las organizaciones sociales gitanas del Tercer Sector sigan participando activamente en todos los foros y círculos de debate social, y sigan colaborando de la mano de todas las administraciones públicas para que, dentro de sus competencias, tomen las decisiones pertinentes para afrontar todas las cuestiones pendientes que atañen al Pueblo Gitano, y que requieren de medidas audaces, valientes y, sobre todo, efectivas en diferentes materias.

En ese contexto, desde FAKALI mostramos nuestra preocupación por la ausencia de representantes gitanos y gitanas en las Cortes Generales. Observamos con suma tristeza que, en esta pasada legislatura, hemos pasado de tener más representantes que nunca en la sede del Poder Legislativo en toda la historia de nuestra democracia, a regresar a la nada absoluta tras los comicios generales celebrados el pasado 23 de julio, perdiendo así un poder cuantitativo y cualitativo en el avance hacia el Pacto de Estado contra el Antigitanismo, que se impulsó en la pasada legislatura.

Por ello, consideramos que hoy es un día para reflexionar y reclamar que la representatividad política gitana no desaparezca del Congreso ni del Senado, y que los avances logrados en los últimos cuatro años no caigan en el olvido. Han sido muchos los logros conquistados durante la pasada legislatura, por lo que consideramos que los poderes públicos y políticos deben seguir apostando firmemente por dar continuidad a una hoja de ruta con voz y rostro gitanos.

Somos conscientes de que vivimos tiempos de gran dificultad. Las sucesivas crisis que nos han sacudido desde el año 2008 (crisis financiera mundial, pandemia del Covid-19 y la guerra en Ucrania) han provocado enormes temores e incertidumbres en nuestras sociedades, lo que ha provocado una gran desconfianza en el sistema democrático, y la apertura de las puertas de las instituciones a discursos de miedo y odio, que en ocasiones no sólo tienen como objetivo discriminar a los grupos sociales más vulnerables, sino también crear sombras de duda, mediante bulos, sobre la labor de las asociaciones y el modo de autogestionarnos.

Creemos fundamental incidir en los modelos de transparencia y buen gobierno a la hora de establecer lazos de coordinación para asegurar un dialogo social y civil fluido, respetuoso que articulen leyes y recursos públicos que reviertan de forma positiva en el conjunto de la sociedad.

Por tanto, y como mensaje central para este día de celebración, mantenemos nuestro compromiso intacto, seguiremos defendiendo con ahínco la dignidad y la conquista de derechos de las personas gitanas, apostando por un modelo de sociedad basado en la justicia social, en la diversidad y la igualdad de oportunidades, poniendo siempre a las mujeres gitanas en el centro para garantizar su incorporación social en pie de igualdad.

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EDUCARROMÍ 23-24: ARRANCA EL CURSO ESCOLAR PARA FAKALI

• Más de 4.000 alumnos y alumnas gitanas participarán en un programa que tiene como objetivo que la escuela sea cada día un poco más gitana.

• De las distintas iniciativas socioeducativas previstas también se beneficiarán más de 210 familias, adscritas a 40 centros escolares repartidos por Andalucía.

El curso escolar 2023-24 echa a andar en Andalucía. Miles de alumnos y alumnas del segundo ciclo de Infantil, Primaria y Educación Especial regresan hoy a las aulas con ganas, ilusión y buenos propósitos. Los mismos que experimenta FAKALI frente a una vuelta al cole que refrenda su compromiso adquirido con el alumnado romaní bajo el convencimiento de que la educación es la mejor arma para combatir la desigualdad. De ahí que un año más la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas se plantee como propósito que la escuela sea cada día un poco más gitana.

La historia y la cultura gitanas no aparecen en los libros de texto ni en el currículo escolar, existe una carencia de recursos para responder a las necesidades del alumnado gitano que vive en condiciones de marginalidad, se echa en falta formación y competencias interculturales en los equipos educativos, y se torna necesario un acompañamiento escolar que compense las desigualdades educativas a las que se enfrenta una parte de la infancia gitana.

Argumentos sobre los que se articulan las distintas iniciativas de intervención socioeducativa de FAKALI, que bajo la denominación EDUCARROMÍ apuestan un año más (van doce) por colaborar y acompañar a las familias gitanas, al alumnado y a las instituciones educativas para que el éxito escolar de los niños y las niñas gitanas sea una realidad.

Tomando como referencia cifras de cursos pasados, se prevé que este nuevo 2023-24 sean alrededor de 4.000 los niños y niñas gitanas atendidas por FAKALI dentro de su programa socioeducativo, financiado por la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía, y con el respaldo de programas de interés social y general gestionados por otras instituciones públicas y privadas.

Siempre bajo el planteamiento de la efectiva implementación de propuestas de actuación que contribuyan al impulso de la escolarización y el rendimiento académico romaníes mediante campañas que faciliten la información y el asesoramiento para la formalización de la matriculación en las distintas etapas educativas, y servicios de refuerzo y apoyo educativos con los que fomentar la continuidad formativa, así como motivar en la permanencia y el arraigo en las distintas etapas educativas. Consiguiendo así que el alumnado gitano afiance los contenidos académicos, recibiendo una atención más individualizada y directa, y resolviendo sus dudas en las aulas e intentando buscar alternativas a las diferentes dificultades que se le plantean a la hora de enfrentarse a las tareas escolares.

Aun así, por la experiencia de trabajo de más de dos décadas, en FAKALI se considera igualmente imprescindible trabajar de forma coordinada con los dos agentes sociales cruciales en el desarrollo académico de los y las menores: las familias y los centros educativos, a través de un servicio de mediación familia-escuela que priorice entre otros factores la acogida, la sensibilización, la formación, el asesoramiento y la comunicación entre las partes. Un principio de actuación del que se beneficiarán en este nuevo curso más de 210 familias gitanas pertenecientes a 40 centros educativos repartidos por la geografía andaluza: Cádiz (7), Granada (5), Málaga (5), Sevilla (13), Córdoba (5) y Jaén (5).

Centros educativos gestionados por profesionales y futuros profesionales socioeducativos, convertidos igualmente en objeto de intervención un curso más (se prevé superar en este los 230 alcanzados en el 22-23) a través de la implementación de distintas acciones formativas para mostrar la realidad y la historia de la ciudadanía gitana de esta comunidad autónoma. Rompiendo además con los estereotipos y los prejuicios a través de referentes gitanos positivos, y poniendo en valor la lucha de la ciudadanía gitana a lo largo de la historia. Reconociéndola además como una cultura con valores y costumbres que ha aportado aspectos fundamentales al acervo cultural de Andalucía.

EDUCARROMI queda materializado año tras año en una amplia oferta educativa, pilotada por el equipo de profesionales expertos en materia gitana de FAKALI, ya disponible para el nuevo curso escolar 23-24. Pincha en la siguiente imagen para ver y descargar la OFERTA EDUCATIVA.

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ASÍ OPERA EL ANTIGITANISMO DE GÉNERO

UN NUEVO MOVIMIENTO EN REDES INCITA A RIDICULIZAR LA SEXUALIDAD DE LAS MUJERES GITANAS.

Parte de la actividad que desarrolla el Observatorio contra la Discriminación de FAKALI se centra en la monitorización diaria de las redes sociales con relación a la población Rromá. Justamente en estos días hemos podido observar estupefactas cómo se ha ido creando un nuevo movimiento contra la dignidad de las gitanas y los gitanos. En esta ocasión, el foco se ha puesto sobre las mujeres gitanas y, de manera indisoluble, la Rromipen, la gitanidad, vuelve a ponerse en entredicho.

Contabilizamos una cascada de mensajes discriminatorios y vejatorios contra el Pueblo Gitano entre las redes sociales Tik Tok y Twitter, (actual X), habiendo incluso alcanzado varias amenazas e insultos a los activistas romaníes que han alzado la voz contra esta nueva injusticia. Nuestra solidaridad y nuestro apoyo para quienes han recibido esos ataques lamentables y totalmente injustos.

Este nuevo movimiento racista obedece a la viralización de un vídeo (ya antiguo), que vuelve a compartirse sin motivo aparente y que tiene la prueba del pañuelo como hilo argumental. Frente a estas imágenes, los comentarios antigitanos se recrudecen hasta tal punto que algunos podrían ser constitutivos de delitos de odio. Una posibilidad que será puesta en conocimiento de las autoridades competentes por parte de esta federación. No hay que olvidar que la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación se crea, entre otras muchas cuestiones, porque las administraciones saben a ciencia cierta la facilidad con la que se insulta, se veja, se ridiculiza y se ataca a los grupos sociales más vulnerables, entre los que se halla la población gitana con demasiada asiduidad. Por ello, FAKALI, tal y como lleva haciendo desde hace más de dos décadas, volverá a denunciar las veces que haga falta todo ataque hacia una minoría étnica que también forma parte de la ciudadanía española.

Lo cierto es que se han normalizado en la última década a los ataques frontales y racistas por parte de usuarios/as en redes sociales. En muchas ocasiones con perfiles falsos, desde el anonimato. Aunque en esta ocasión la situación ha ido a más. Se trata de personas con su nombre, apellidos y foto de perfil que no dudan un segundo en verter todo el odio posible sobre todo un Pueblo en orden a una cuestión particular, llegando a bromear y ridiculizar el aspecto de niñas menores de edad. Nos aterra, pero también nos espolea, pensar que compartimos sociedad con individuos que atacan con tanto rencor a todo un Pueblo, constituido sólo en España por un millón de personas. Como gitanas, no nos resignaremos para seguir plantándoles cara.

Este, en particular, es un problema endémico heredado del siglo XIX. Antes se hipersexualizaba a las romís en la literatura y el teatro. Y más tarde en el cine. Las mujeres gitanas eran aquellas `salvajes’ y `exuberantes` que buscaban ‘el engaño de hombres blancos no gitanos’ mediante la brujería y la astucia, frente a la moral católica y conservadora. Y ahora, dos siglos después, se han convertido en ´dóciles´ con una ‘cultura más machista, más retrógrada y menos avanzada’ que la mayoritaria.

La cuestión es sencilla: importa el modo, pero no el contexto. Un contexto en el que las denuncias que realizamos con motivo del antigitanismo (incluido el de género, por supuesto) no es secundado por los grupos feministas blancos ni por otros sectores sociales en defensa de los derechos humanos. Las movilizaciones que se generan a lo largo y ancho de Europa no son secundadas de manera generalizada por la sociedad mayoritaria ¿O acaso lo hicieron cuando se dejó morir a Olga, aquella pequeña niña de ocho años mientras agonizaba atrapada por una puerta mecánica en una fábrica del Pireo? No. La sociedad no opinó, ni se solidarizó, ni siquiera se interesó. Y esa es la explicación más práctica de lo que hoy es el antigitanismo: el reduccionismo de casos particulares, convertidos en una supuesta realidad contada por hombres y mujeres blancos y no gitanos, mientras que se silencia y es tratado desde el desdén y el desprecio, con su pertinente dosis de superioridad, aquello que nos asfixia.

Volvemos a pedir a esa parte de la sociedad, tan interesada en la sexualidad romaní, que se siente y escuche a las gitanas. Que se interese por los motivos por los que la brecha social hace que nuestra esperanza de vida, por ejemplo, sea más corta que la del resto de la sociedad. Volvemos a pedir apoyo a esa parte de la sociedad que se atrinchera desde sus redes sociales a la hora de resolver problemas estructurales, permitidos, compartidos y asumidos como válidos. Seguiremos luchando por nuestros hijos e hijas frente a aquellos y aquellas que se cubren los bolsos al vernos entrar con ellos y ellas en un supermercado pero que, casualmente, se desvelan por su sexualidad. Por todo ello, y pese a la dicotomía del racismo/antigitanismo tan diario como permitido, seguiremos siendo gitanos y gitanas, feministas y antirracistas. Por ellos, por ellas, por los que están, por los que se fueron y por los que llegarán.

¡Opré Rromnia!

¡Adelante las Mujeres Gitanas!

PD. Lectura recomendada: “Mujeres Gitanas frente a la desigualdad y a la violencia de género”, de la Asociación de Mujeres Universitarias Romí Andaluzas para la Defensa de sus Intereses, AMURADI (pincha en la imagen).

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SAMUDARIPEN: EL HOLOCAUSTO GITANO

80 años después, el Samudaripen, Porrajmos u Holocausto Gitano, ha dejado una huella imborrable en la historia de nuestro Pueblo. Alrededor de medio millón de romaníes, marcados con un triángulo marrón, fueron exterminados por el régimen nazi. Las personas romaníes fueron sujetos de persecución, encarcelamiento, trabajos forzosos, experimentos científicos, esterilización y masacre.

Todos los 16 de mayo el Pueblo Gitano conmemora el Día de la Resistencia Romaní. El 16 de mayo de 1944, alrededor de 6.000 gitanos y gitanas de todas las edades internadas en el campo de concentración de Auschwitz II Birkenau (instalado por los nazis en el sur de Polonia), recibieron información de que esa noche serían asesinadas en las cámaras de gas. Se encontraban en un Zigeunerlager, como se denominaban a las zonas de los campos de concentración donde aprisionaban a las familias romaníes.  Entonces, tomaron todos los objetos que encontraron a su alcance y se sublevaron contra las SS, obligándolos a desistir.

Desgraciadamente, esto no impidió que, meses más tarde, tras trasladar a las personas gitanas más jóvenes a otros campos de exterminio, asesinaran a todas las personas gitanas del Zigeunerlager. Sucedió la noche del 2 al 3 de agosto. Este año, se cumplen 79 años del Samudaripen o Porrajmos. Alrededor de 4.500 personas gitanas fueron asesinadas en las cámaras de gas por orden de Himmler.

La población romaní, junto con la población judía, fueron los dos grupos étnicos objeto del genocidio no sólo en Alemania, sino también en los países bajo el régimen nazi. Se calcula que medio millón personas romaníes fueron asesinadas por el régimen nazi.

Foto de Transnistria durante la Segunda Guerra Mundial. Mostrando las difíciles condiciones de vida de los romaníes.

Fue el 16 de diciembre de 1942 cuando Himmler ordenó que “todos los gitanos mestizos, gitanos romaníes y miembros de clanes gitanos de origen balcánico que no sean de sangre alemana” fueran encerrados en el campo de concentración de Auschwitz. Indudablemente, ese decreto fue una clave decisiva en el plan nazi para exterminar a la población romaní. No obstante, la persecución de la población romaní no comenzó ahí, pues es tan antigua como su presencia en Europa. De hecho, durante el Imperio alemán y la República de Weimar, se aprobaron numerosas leyes de hostigamiento contra la población romaní, e incluso mantuvieron un servicio policial especial “en relación con los gitanos”. Pero, concretamente, bajo el gobierno de Hitler, en 1935 se aprobaron una serie de normas discriminatorias “para la protección de la sangre y el honor”, denominadas Leyes de Nuremberg. Las personas romaníes fueron denominadas como “raza extranjera e inferior” según la nueva legislación, que era la misma terminología que utilizaron con las personas judías y de origen africano. Con estas normas, también se reforzó la fuerza policial antigitana, creando en 1938 la “Oficina Central del Reich para Combatir la Plaga Gitana”. Más tarde, con el estallido de la II Guerra Mundial en 1939, las autoridades nazis deportaron a las personas romaníes a los territorios recién ocupados en Polonia. El impulso oficial al plan de exterminio de la población romaní se decretó a finales del año 1942 por Himmler, que ordenó deportarla a campos de concentración con el objetivo de exterminarla.

El12 de mayo de 1944, 39 niños sinti y romaníes (20 niños y 19 niñas) llegaron a Auschwitz desde el hogar infantil St. Josefspflege en Mulfingen, donde una “investigadora racial” Eva Justin abusó de ellos como sujetos de prueba para su tesis doctoral. Cuatro de ellos sobrevivieron. | Imagen del Museo de Auschwitz

Las leyes que justificaban el exterminio de la población romaní se basaban en los estudios que desarrollaron los médicos raciales del régimen. Desde el Instituto para la Investigación de la Higiene Racial, se coordinó una investigación que concluiría que las personas gitanas eran genéticamente “asociales”, lo que impedía, por su origen étnico, convivir en la sociedad civilizada, ya que eran dados a la delincuencia y renunciaban al trabajo. Estos científicos del régimen convirtieron las ideas ya instaladas en el imaginario colectivo e intelectual europeo en afirmaciones sustentadas por la ciencia: para ellos, las personas romaníes eran amorales, ladronas, maleantes, vagas y todos esos estereotipos con los que la cultura popular venía castigando a los y las gitanas desde su llegada a Europa en el siglo XV.

Bajo estas premisas, se inició la persecución y las primeras esterilizaciones forzadas, que se mantendrían hasta mucho tiempo después del fin de la II Guerra Mundial en países como Suecia o República Checa.

El Samudaripen es una fecha marcada a fuego en la memoria romaní por los terribles acontecimientos que sufrieron nuestros tíos y tías, pero la persecución y el exterminio trasciende en el tiempo y espacio. Por ello, desde FAKALI, queremos repasar diez relatos de vida para que no se borren de la Historia.

 

EL HOLOCAUSTO GITANO CON NOMBRES PROPIOS

MARÍA STANCU-COSTEA

Según romasinti.eu, Maria Stancu-Costea nació en Pitesti (una ciudad con una importante comunidad gitana) en el sur de Rumanía el 24 de marzo de 1936. La familia de María era una familia acomodada, que disponía de una casa cercana al centro de la ciudad. María misma iba a comenzar la escuela en septiembre de 1942, mientras que sus dos hermanas mayores (Elena, de 11 años, y Vasilica, de 10 años) ya asistían a la escuela. Otra hermana, Ioana, tenía 3 años y la última, Anicuta, apenas dos semanas (nació el 31 de agosto de 1942). Su madre, Alexandrina (31 años) era pastelera, producía y vendía dulces en Pitesti y en los pueblos vecinos, mientras que su padre, Constantin (35 años) había estado sirviendo honorablemente en el ejército rumano donde fue herido.

El 25 de mayo de 1942, la policía rumana realizó un censo especial de los llamados “gitanos problemáticos” en todo el país. 11.441 romaníes nómadas fueron deportados a partir del 1 de junio de 1942. La deportación de los romaníes sedentarios que se habían asentado permanentemente siguió en septiembre de 1942: 13.176 romaníes asentados de todo el país fueron deportados a Transnistria en nueve trenes especiales. María y su familia estaban entre ellos.

Entre los campos de Alexandrudar y Certovata, María perdió casi de inmediato a algunos miembros de su familia. Murieron sus abuelos paternos y dos tíos, seguidos por su tía materna, Anica, junto con el tío Dumitru y dos primos, Elisabeta y Gheorghe, ambos de la edad de María. Las hermanas menores de María, Ioana y Anicuta, murieron de hambre poco después de su llegada a Transnistria. En septiembre de 1942, cuando María y su familia fueron deportados, sus tías, Vasilica y Ana, escaparon. Así fue como contactaron con el soldado romaní llamado Ion Ciobanu que fue quien encontró a María y a los supervivientes de su familia.

En 1944, solo la mitad de los 25.000 deportados romaníes habían logrado sobrevivir y regresar a casa. Sin embargo, el genocidio de los romaníes fue ignorado en Rumanía. Nunca hubo reconocimiento ni compensación por las pérdidas irreparables.

Maria Stancu-Costea | Imagen de romasinti.eu

HERMANN LANGBEIN

Hermann Langbein, testigo en el juicio de Auschwitz en Frankfurt, dijo sobre el campo de gitanos: “Vi mucho en Auschwitz, pero lo que vi allí fue peor que cualquier otra cosa. Los alemanes obligaban a los sinti y los romaníes, lo que consideran ‘ antisocial’ y ‘vagos’, haciendo el trabajo más duro. Tenían que ayudar a construir la ‘Rampa’, la plataforma de llegada y las vías del tren hacia los crematorios. Incluso los niños de diez años tenían que arrastrar piedras pesadas. Había poca comida. Cinco presos compartían una hogaza de pan. Tenían que beber agua de lluvia de charcos en el suelo. Era imposible mantenerse limpio, algo que es muy importante para los sinti y los gitanos”.

EVA JUSTIN

El 12 de mayo de 1944 39 niños sinti y romaníes (20 niños y 19 niñas) llegaron a Auschwitz desde el hogar infantil St. Josefspflege en Mulfingen, donde una “investigadora racial”, Eva Justin abusó de ellos como sujetos de prueba para su tesis doctoral. Cuatro de ellos sobrevivieron.

Comúnmente se suele hacer mención a las injusticias perpetradas por Josef Mengele, pero suelen olvidarse otros nombres propios como los de Eva Justin, que fue miembro destacado del Centro de Investigación de la Higiene Racial. Esperaba proporcionar la base para futuras leyes de higiene racial, para frenar el flujo de ”elementos primitivos indignos” dentro de la población alemana. Su posición era que los gitanos no podían ser asimilados porque usualmente se convierten en seres asociales como resultado de su pensamiento primitivo. Justin propuso la esterilización para los gitanos, excepto para aquellos que poseían sangre gitana pura.

Eva Justin analizando a una mujer romaní | Wikipedia

STEFANIA HOLOMEK

Stefania Holomek fue una romaní que fue deportada a Auschwitz desde la ciudad de Bohemia con el número Z-9260.

Stefania Holomek | Imagen del Museo de Auschwitz

ZONI WEISZ

Zoni Weisz fue el mayor de cuatro hijos de Jacoba y John Weisz de Zutphen, Países Bajos. En mayo de 1944, los nazis ordenaron a la familia ser deportada al campo de tránsito de Westerbork con otros sinti y romaníes durante el Holocausto.

Su familia fue deportada al campo de concentración de Auschwitz, pero un oficial de la policía holandesa y miembro de la resistencia puso a Zoni en un tren separado que le permitió escapar a la casa de sus abuelos durante el resto de la guerra. Sus padres y hermanos fueron asesinados en el campo de concentración.

Zoni Weisz

WANDA FERKO-PAWLOWSKA

La romaní Wanda Ferko-Pawłowska, natural de Zabrzeg fue deportada a Auschwitz desde el 29 de julio de 1942. Posteriormente, fue trasladada al campo de concentración exclusivo de mujeres de Ravensbrück, cerca de Berlín donde sería liberada.

Wanda Ferko-Pawłowska | Imagen del Museo de Auschwitz

SJTEPAN MAVROVIC

Según romasinti.eu, Stjepan Mavrović nació en el pequeño pueblo de Okić, a unos 30 kilómetros de Zagreb (Croacia), el 9 de mayo de 1932. Como muchos otros romaníes locales, Janko ocasionalmente también trabajaba como leñador o como trabajador de caminos. El 2 de junio de 1942 la policía llegó desde Zagreb y se lo llevó a él, a su familia y a una treintena de romaníes por la fuerza. Su casa, en primer lugar, fue utilizada para plantar y dar de comer “sólo a croatas puros”. Posteriormente, todas sus pertenencias fueron presas del fuego intencionado.

Se sabe que Stjepan fue deportado a Zagreb el 2 de junio de 1942 junto con otros 30 romaníes, y luego probablemente fue llevado al campo de concentración de Jasenovac. Stjepan terminó con su madre y sus hermanos y hermanas, y probablemente vio a su padre Janko por última vez. Probablemente, Stjepan fue enviado a la pequeña aldea de Uštica, donde pronto sería asesinado junto con su madre y sus hermanos y hermanas (que eran menores).

Stjepan Mavrović | Imagen de romasinti.eu

ZILLI SCHMIDT

Zilli Schmidt sufrió internamiento en el campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau de 1943 a 1944. Muchos miembros de su familia, incluida su hija de 4 años, fueron asesinados el día que la enviaron a realizar trabajos forzados en la concentración de Ravensbrück. campamento, del que más tarde escapó. Falleció a los 98 años, manteniendo en todo momento su historia de vida con el objetivo de que nunca más vuelva a repetirse.

Zilli Schmidt

WALTER STANOSKI WINTER

Según https://www.gdw-berlin.de/, Walter Stanoski Winter creció con ocho hermanos y hermanas en el seno de una familia sinti. Aun siendo suboficial en la marina en Wilhelmshaven, no fue ascendido por “razones raciales”, y fue despedido de la Wehrmacht en 1942, regresando a Oldenburg. En marzo de 1943 fue deportado a Auschwitz-Birkenau junto a su hermano Erich y su hermana María. Participó en el levantamiento del 16 de mayo de 1944 en el “campo de gitanos” de Auschwitz-Birkenau, jornada conocida como el “Día de la Resistencia Romaní”. Poco antes del final de la guerra, él y su hermano fueron trasladados al campo de concentración de Sachsenhausen y desde allí fueron trasladados de regreso al frente, por su experiencia militar. Sobrevivieron a la guerra, aunque no así su esposa Bluma, que pereció en el campo de concentración de Ravensbrück.

Walter Stanoski Winter | Imagen de gdw-berlin.de

ANNA KREUTZ

Según lekcja.auschwitz.org, incluso después de que se estableciera el Zigeunerlager, las mujeres romaníes eran detenidas en el campo de mujeres de Birkenau y registradas con los números de la serie general de prisioneras. Anna Kreutz fue enviada al campo el 17 de septiembre de 1943 y registrada como Aso. prisionero nro. 41363. Se desconoce su destino. Solo la documentación de prisioneros conservada fragmentariamente y las entradas inconsistentes de la administración del campo no permiten ni siquiera estimaciones aproximadas de cuántos hombres y mujeres romaníes se registraron en el campo en la serie general de números de prisioneros.

Anna Kreutz | Imagen del Museo de Auschwitz

 

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FAKALI PARTICIPA EN LA ELABORACIÓN DEL PROTOCOLO CONTRA EL ANTIGITANISMO DEL CONSEJO ANDALUZ DEL PUEBLO GITANO

La Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas FAKALI forma parte del grupo de trabajo para la redacción de un protocolo de actuación y coordinación que pueda dar respuesta, de forma ágil y adecuada, a situaciones de discriminación antigitana y ante la comisión de delitos de odio basados en el antigitanismo. Una iniciativa promovida por la Secretaría para la Comunidad Gitana en el marco de actuaciones del Consejo Andaluz del Pueblo Gitano, organismo representativo y de interlocución de la sociedad civil gitana andaluza, y plasmada en la mañana de hoy en una reunión de constitución en la que han participado diferentes representantes de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, Delegación del Gobierno en Andalucía, sindicatos y entidades gitanas con importantes trayectorias de lucha contra este tipo de racismo.

En este encuentro constitución de este grupo de trabajo en el seno del Consejo Andaluz del Pueblo Gitano, los diecinueve participantes han dado un paso al frente en la implicación y el compromiso compartidos de articular un plan de actuación, con una serie de principios encaminados a prevenir y sensibilizar, por un lado, sobre el antigitanismo en sí y la necesidad de erradicarlo de nuestra sociedad; y, por otro, a dar una respuesta coordinada y eficaz por parte de los poderes públicos y la sociedad civil frente a esta forma específica de racismo.

En este sentido, en la reunión ha quedado patente la necesidad de unificar y articular respuestas comunes ante situaciones de antigitanismo de baja o alta intensidad en Andalucía, teniendo para ello como referencia buenas prácticas ya avanzadas en este ámbito. Entre ellas, dos pilotadas por FAKALI. Su “Pacto contra el Antigitanismo. Protocolo de Actuación” de 2006, una herramienta estratégica para analizar en profundidad el fenómeno del antigitanismo desde un punto de vista multidisciplinar (comunicativo, jurídico, académico y social), con vistas a la vertebración efectiva de la primera alianza social, política y estratégica de referencia para la erradicación de todo tipo de conductas discriminatorias y racistas. Y su más reciente acuerdo suscrito con la Delegación del Gobierno en Andalucía y la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP), en el marco conmemorativo del último 22-N, Día del Pueblo Gitano en Andalucía, para el establecimiento formal de la primera estrategia civil y política de ámbito municipal, que ofrezca a los y las responsables municipales de Andalucía alternativas operativas de acción que permitan frenar las oleadas de antigitanismo que pudiesen surgir en sus localidades.

Desde FAKALI defendemos que la lucha contra el antigitanismo no debe quedar en una mera declaración de intenciones, sino que debe constituir una prioridad en las agendas institucionales, y más concretamente en el entorno de nuestros municipios, entendido este como el espacio público que interviene de manera más directa en el conjunto de la ciudadanía.

De ahí el objetivo común de las fuerzas sociales e institucionales que forman parte de este grupo de trabajo, bajo el auspicio del Consejo Andaluz del Pueblo Gitano, de concretar en un protocolo unificado contra el antigitanismo acciones con carácter preventivo para sensibilizar y educar a la población, y diseñar, de manera sincrética, estrategias de actuación y coordinación con medidas específicas y de emergencia frente a casos de racismo en los que, por diversos motivos, la tensión social se vea desbordada y las familias de etnia gitana sean señaladas colectivamente por parte del resto de la vecindad, tal y como ocurrió desgraciadamente en las localidades de Íllora (Granada( y Peal de Becerro (Jaén) el pasado verano.

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La huella imborrable

Nos situamos históricamente en la madrugada del 30 de julio de 1749, cuando dio comienzo la Prisión General de Gitanos, conocida como la Gran Redada, el intento de exterminio del Pueblo Gitano español diseñado por el Marqués de la Ensenada y ejecutada por Fernando VI. Hacemos un ejercicio de memoria histórica para recordar a las víctimas, nuestros antepasados, que sufrieron el cruel destino tejido por un racismo secular de quien ostenta el poder y el olvido de una sociedad que ignora los valores del Pueblo Gitano.

Pero también nos sumergimos en estos tristes pasajes para recordar y celebrar la vida y la capacidad de resistencia de sus supervivientes y figuras referentes, con la esperanza de que conocer la historia permita comprender el antigitanismo heredado, y nos sirva para erradicar entre todos y todas las conductas discriminatorias.

El Samudaripen fue también uno de los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad. Millones de personas gitanas fueron perseguidas, torturadas y asesinadas por su origen étnico. La tragedia del exterminio nazi es una herida abierta en nuestro continente, que a día de hoy sigue ignorada por muchos. Se calcula que entre el 20% y el 30% de la población gitana europea fue asesinada durante la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, nuestros abuelos y abuelas, tíos y tías, consiguieron hacernos llegar sus testimonios de resistencia. Los y las supervivientes son una prueba viviente de la resiliencia gitana, y su capacidad de superar la adversidad más extrema. Con su valentía y determinación demostraron que la resistencia, la compasión y la solidaridad pueden triunfar sobre el odio y la crueldad. Su perseverancia nos inspira a todos y todas a mejorar como seres humanos, y a trabajar a través de nuestras sinergias. Aunque nunca podrán borrar las cicatrices del pasado, nuestros referentes nos recuerdan que siempre hay esperanza, y certeza, de un Pueblo Gitano más fuerte.

Como gitanas, estamos agradecidas a las historias de supervivencia y resiliencia que nos cuentan nuestras tías porque nos sirve de apoyo e impulso para continuar eliminando estas conductas discriminatorias que nos encontramos en nuestro día a día. Es un orgullo conocer a tantas mujeres gitanas valientes que, gracias a su espíritu luchador, nos demostraron que el Pueblo Gitano puso sobrevivir incluso durante los años más oscuros de Europa. Una de las mayores figuras referentes y activistas es Philomena Franz, que en sus memorias relata con detalle cómo intentó sin descanso escapar de los campos de concentración a pesar de que eso podría suponer su muerte. Por otro lado, Alfreda Noncia consiguió salvar a miles de niños y niñas gitanas y judías de los encarcelamientos durante el Holocausto. Gracias a que consiguió mantener su puesto de trabajo en el ferrocarril, viajó junto a su marido a zonas de supervivientes. Su valentía y arrojo le permitió salvarlos. Y cómo no hablar de Ceija Stojka, pintora austríaca, que retrató la dureza y el horror de este pasaje histórico, y ha sido de las activistas más activas contra la discriminación de los últimos años.

Las situaciones de exclusión, persecución y exterminio no surgieron sin motivo, sino que las prácticas opresoras, los encarcelamientos injustificados y los asesinatos eran comunes sobre la población romaní. En la actualidad, los mismos discursos de odio, las mismas actitudes discriminatorias y las mismas políticas de exclusión de este pasado reciente continúan existiendo en nuestras sociedades. El racismo milenario sigue presente en nuestros días.

Incluso en el mismo seno de la Unión Europea, espacio de libertad y respeto de derechos por antonomasia en nuestro planeta, la situación de la población romaní es muy complicada. La propia Agencia Europea de Derechos Humanos reconoce que los gitanos y las gitanas sufren más segregación escolar que antes, peores estadísticas en el acceso a los derechos de la salud y la educación, más guetificación de sus barrios, y mayores tasas de rechazo y discriminación en cualquier ámbito social.

Nuestro país no es una excepción en ese sentido. Hace poco menos de un año se produjeron dos pogromos masivos contra gitanos y gitanas residentes en las localidades andaluzas de Peal de Becerro e Íllora. Vecinos descontrolados atacaron las propiedades de familias gitanas por el mero hecho de formar parte de la misma etnia que presuntos homicidas. Se repitieron las escenas de destrozos, incendios y ataques personales. Los sucesos de mediados del siglo XVIII se reprodujeron casi literalmente en pleno siglo XXI.

Por todo, desde FAKALI abogamos por el conocimiento y el reconocimiento de la memoria histórica de nuestro Pueblo, para que la sociedad conozca la historia y evitar que se repita, a la vez que se pone en valor nuestra resistencia, con el fin de generar un crecimiento exponencial de discursos sociales igualitarios de los espacios, y más concretamente, de contradiscursos frente al antigitanismo. Hoy en día, es innegable que se han establecido alianzas de cohesión surgidas tras el intenso trabajo de reivindicación de los gitanos y las gitanas que han alzado su voz reclamando lo que por justicia les corresponde. La ley de Memoria Democrática, recientemente aprobada, dignifica la historia de nuestro Pueblo y viene a reparar siglos de oprobio llenos de estereotipos y pragmáticas que han silenciado nuestra cultura, una cultura milenaria. El reconocimiento institucional se manifiesta también en el compromiso de las autoridades de nuestro país con la conmemoración de esta fecha, y el homenaje a quienes han sufrido los episodios más oscuros de la historia gitana.

Solo por medio de la educación, el compromiso social y político, la empatía y el respeto mutuo, mediante el establecimiento de  consensos, podemos honrar la memoria de las víctimas, y trabajar codo con codo en aras de un futuro mejor para todas las personas gitanas.

Los gitanos y las gitanas, a día de hoy, hacemos todo lo posible para honrar la memoria de las víctimas de la Gran Redada y el Samudaripen, y asegurarnos de que nunca vuelva a suceder algo así. Trabajamos juntos y juntas para combatir el odio y el antigitanismo en todas sus formas, defendiendo los derechos humanos y la dignidad de todas las personas.

Los gitanos y las gitanas somos un Pueblo orgulloso de nuestra identidad. Nuestra forma de vida es un canto a la libertad desde la tierra hasta el cielo, y allá por donde hemos caminado, por donde nos ha llevado la rueda de la vida que aparece en nuestra bandera, hemos dejado constancia de nuestra presencia de manera indeleble.

Así somos, y así seguiremos siendo. Por eso, la erradicación del antigitanismo es un objetivo prioritario para nosotros y nosotras. Y el recuerdo de nuestros antepasados perseguidos se convierte en el motor de nuestra fuerza y entereza para conseguirlo. Su resistencia y capacidad de supervivencia son una huella imborrable en la historia.

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FAKALI EXIGE MEDIDAS ANTE LOS COMENTARIOS RACISTAS DEL CONCEJAL DE JUVENTUD DE GRANADA HACIA VOTANTES GITANOS

FAKALI se dirige de manera formal al Comité Ejecutivo Provincial del Partido Popular en Granada y a Marifrán Carazo, alcaldesa de Granada, para exigir la máxima responsabilidad política, contemplando la destitución del edil por su grave acto discriminatorio, igualmente denunciado ante el Defensor del Pueblo Estatal y al Defensor del Pueblo Andaluz.

La Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas FAKALI ha pedido al Comité Ejecutivo Provincial del Partido Popular en Granada y a Marifrán Carazo, Alcaldesa de Granada, que “exijan la correspondiente responsabilidad política al concejal de Juventud y presidente de Nuevas Generaciones del PP en Granada, Fernando Parra Moreno, y, por ende, acuerden su destitución tras el grave acto racista que ha protagonizado”, después de que “ridiculizara, en un alarde de exposición pública” a los votantes gitanos de un colegio electoral del Distrito Norte de Granada.

Asimismo, la federación se ha dirigido de manera formal al Defensor del Pueblo Estatal, Ángel Gabilondo Pujol, y al Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu Gregorio de Tejada, recordándoles que “debemos evitar la banalización de este tipo de actos, que conllevan una corriente de odio al Pueblo Gitano, para poder garantizar los derechos de todas y todos los ciudadanos de este país y el pleno respeto a las leyes que organizan la convivencia”.

Para FAKALI resulta desde todo punto inadmisible que un cargo público de un Ayuntamiento como el de Granada exponga en redes sociales, utilizando dicho canal de comunicación en su condición de cargo público, a las personas de etnia gitana que acudían a ejercer su derecho de sufragio activo como “analfabetos, ridiculizando las supuestas expresiones utilizadas, insultando a nuestra cultura y adscribiéndola a la más absoluta marginalidad, y haciéndolo además a conciencia, con intencionalidad de alimentar falsos estereotipos y peligrosos prejuicios”.

En sus escritos, FAKALI recalca que las declaraciones de Fernando Parra se han realizado “de modo y en circunstancias que suponen una provocación al odio y a la discriminación, infringiendo los valores constitucionales de la dignidad humana y de la no discriminación por origen racial, o cualquiera otra condición o circunstancia personal o social contenidos en los artículos 10 y 14 de la Constitución”.

La federación considera que dichas declaraciones “fomentan y promueven los prejuicios contra el Pueblo Gitano e incitan al odio, a la hostilidad, a actitudes racistas y, en definitiva, a la discriminación en un claro ejemplo de criminalización de la ciudadanía gitana”.