Educación
La educación es un derecho fundamental, y así queda recogido en el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. También queda reflejado en el artículo 27 de la Constitución Española de 1978, y en el artículo 28 de la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989. En los tres textos se establece que la educación básica debe ser obligatoria y gratuita con el fin de conseguir la igualdad de oportunidades.
Pero en muchos casos, principalmente en las zonas desfavorecidas, la multiplicidad de casuísticas hace que el acceso a la educación y la finalización de los estudios obligatorios sean proporcionalmente menores en comparación con otras zonas normalizadas que forman parte del ordenamiento urbanístico de las distintas localidades de nuestro país. Dentro de esas casuísticas, y con la intención de hacer una radiografía de la realidad, nos encontramos, por ejemplo, con altos niveles de pobreza entre las familias a las que atendemos que dificultan su inclusión social. De hecho, los datos que ofrece el informe “España: pobreza infantil en medio de la abundancia” de UNICEF nos dictan que la tasa de pobreza infantil entre la comunidad gitana alcanza un 89% sólo en el territorio nacional. Además de ello, y haciendo una retrospectiva sobre esos datos de pobreza, debemos asumir que, históricamente, la discriminación hacia la población romaní en nuestro país tiene todavía hoy sus consecuencias. Recordemos, por ejemplo, que, hasta la aprobación de la Constitución española del 78, las personas gitanas no han sido iguales al resto de la sociedad, legislativamente hablando. Por supuesto, otros conjuntos normativos de carácter discriminatorio han continuado estando vigentes varios años más, lo que ha influido negativamente en esa incorporación social de la ciudadanía romaní, que a su vez ha estado históricamente sobrerrepresentada en las llamadas ‘bolsas de exclusión’.
Porque, como sabemos, las condiciones sociales de aquellos grupos más vulnerables trascienden de lo que entendemos por pobreza. Por ese motivo somos conscientes de que, en muchas ocasiones, persiste la llamada cultura de la marginalidad. Puesto que, como decíamos, la sombra de la exclusión es severa y muy alargada. Con múltiples aristas y fórmulas de expresión, las personas socialmente excluidas asumen como parte de su identidad cultural aquellos estereotipos y prejuicios del pensamiento dominante.
En este contexto, y acercándonos aún más a la situación educativa del Pueblo Gitano, no podemos obviar la segregación escolar, entendida como un hecho que suele darse especialmente en aquellos centros educativos de primaria o secundaria de las zonas con mayores necesidades de transformación social. Este aspecto, que también ha sido denunciado por las instituciones europeas a tenor de la insistencia de países como Eslovaquia o Hungría, entre otros, continúa teniendo entre sus orígenes en el antigitanismo o romafobia. Además de ello, y pese a los múltiples avances conseguidos hasta la fecha, la aparición de la historia y la cultura del Pueblo Gitano en el currículum escolar continúa siendo una asignatura pendiente. Ciertamente, el Gobierno de España ha aprobado la modificación de la ley educativa para la incorporación de temáticas romaníes, siendo además trabajada por profesionales gitanos y gitanas expertos en la materia como es el caso de parte del equipo técnico de FAKALI. Sin embargo, la introducción de la historia y la cultura gitanas en los libros de texto y en el currículum educativo sigue quedando pendiente de las aprobaciones de las distintas comunidades autónomas y las editoriales. Mientras tanto, la historia romaní, sus influencias en la conformación del acervo cultural de nuestro país, sus creaciones culturales y su legado continúan quedando invisibilizadas en varios territorios españoles, fomentando también la desconexión gitana en un sistema que es ajeno a su cultura, olvidando valores como la diversidad cultural y la interculturalidad.
Podríamos asegurar entonces que la situación educativa del Pueblo Gitano tiene múltiples aristas, cuestión que deconstruye, por lo tanto, aquellos estereotipos que aseguran que “los gitanos no quieren estudiar”. Por ejemplo, la persistencia del Real Diccionario de la Lengua Española que, entre sus acepciones de la palabra “gitano” continúa definiéndola como “trapacero” en una maniobra a todas luces excluyente, y con una carga peyorativa evidente, también influye en la autopercepción de la infancia y la juventud gitanas. Por otra parte, el absentismo, el fracaso y el atraso escolar, la ausencia de formaciones a profesionales y futuros/as profesionales del sistema educativo, la escasa mediación familia-escuela desde la perspectiva de la mediación intercultural, así como las escasas iniciativas a la hora de incluir en la universidad la cultura romaní, dotándola del prestigio que merece la minoría étnica más representativa de nuestro país, orillando su devenir y, por lo tanto, condenando a futuros/as profesionales a buscar alternativas en la intervención con comunidad gitana en situación de vulnerabilidad, demuestran que, efectivamente, la situación educativa del Pueblo Rom obedece a una multiplicidad negativa de casuísticas. De ahí que las medidas para la mejora educativa romaní también deban ser diversas, adaptativas y dilatadas en el tiempo.
FAKALI por la mejora educativa del Pueblo Gitano en España
Desde su fundación, FAKALI asume que la mejor herramienta para la lucha contra la exclusión es la educación. Por ese motivo, la federación dispone de un equipo técnico multidisciplinar experto en la intervención educativa desde la perspectiva intercultural. Como parte de la filosofía de la entidad, el equipo técnico ha desarrollado una metodología propia con la que, además de fomentar la visualización de referentes positivos entre iguales, trata de llevar la cultura romaní a las aulas con el objetivo de que el alumnado y sus familias asuman que su identidad forma parte del ámbito educativo y, por otro lado, para que el profesorado también encuentre un recurso que trasciende de lo meramente curricular.
Tal es la importancia trascendental que para FAKALI supone la educación que, de hecho, ya en su génesis, con la primera asociación de mujeres gitanas universitarias de toda Europa, se unifica por vez primera el ámbito romaní con el universitario, habiendo creado la primera red de jóvenes estudiantes gitanos y gitanas de carácter estatal o la primera “Caravana Universitaria Romí”, en la que, por vez primera, la historia y la cultura gitanas serían tratadas desde el ámbito universitario, un espacio que hasta la fecha parecía estar alejado de la cultura romaní. Por todo ello, la federación invierte notables esfuerzos en servir como puente de conexión entre las instituciones educativas, el alumnado y sus familias.
Como organización gitana, FAKALI entiende que la familia se convierte en un aspecto fundamental y transversal, y más aún cuando hablamos de los primeros años de aprendizaje de los y las menores, en los que sus progenitores (y más tarde su familia extensa) se convierten en figuras indispensables para su socialización y desarrollo humano. Por esta razón, desde la federación se apuesta por la inclusión de las familias gitanas en el día a día de la escuela, desarrollando acciones conjuntas, conmemorando efemérides y, en definitiva, fomentando que la escuela sea un espacio amable para ellas. Además de ello, la mediación intercultural de nuestro equipo técnico ofrece la posibilidad de establecer una comunicación o feedback especialmente positivo entre la escuela y los padres y madres del alumnado, consiguiendo con ello que puedan seguir los avances, necesidades y oportunidades de sus hijos e hijas en la escuela.
Como organización experta en la difusión de los valores culturales romaníes, FAKALI dispone de una serie de recursos educativos que facilitan el desarrollo profesional desde una perspectiva intercultural. Es por este motivo por el cual la federación ofrece a los centros educativos donde implementa su intervención una serie de capacitaciones dirigidas al profesorado que abordan desde el ámbito cultural gitano al discernimiento entre la cultura gitana y la cultura de la marginalidad, pasando, como no podía ser de otra manera, de una serie de tips orientativos para la mejora de la atención romaní en procesos de vulnerabilidad social.
Oferta educativa de FAKALI
Con el alumnado, la federación desarrolla diversas actuaciones multinivel que van desde la intervención individualizada, la atención psicológica o las mediaciones en conflictos al apoyo educativo a la intervención en casos de absentismo. Como no podía ser de otra manera, el absentismo se asume desde la perspectiva de la mediación entre alumnado-familias y profesorado, convirtiéndose en una de las claves del éxito de nuestras actuaciones. Desde la perspectiva grupal, la federación ha desarrollado en los últimos años una campaña educativa compuesta por una batería de actividades y herramientas que ha sido elaborada por el equipo profesional y experto de la entidad. Nuestra ‘Campaña Educarromí’ se basa en desarrollar e implementar contenidos sobre el Pueblo Gitano adaptados a los diferentes perfiles de la población destinataria, principalmente en menores de los centros educativos, rompiendo con los estereotipos y prejuicios a través de referentes gitanos positivos, y poniendo en valor la lucha de la comunidad gitana a lo largo de la historia, reconociéndose como una cultura con valores y costumbres que ha aportado aspectos muy positivos al acervo cultural de todo el país. La campaña aborda específicamente tres contenidos: sesiones sobre historia y cultura gitana, sesiones sobre referentes positivos y sesiones sobre antigitanismo, estereotipos y prejuicios.
También la federación dispone de un conjunto de acciones para conmemorar efemérides romaníes en los espacios educativos, como son el 22 de noviembre (Día del Pueblo Gitano Andaluz), el 8 de abril (Día Internacional del Pueblo Gitano), el 2 de agosto (Samudaripen) y el 16 de mayo (Día de la Resistencia Romaní). Por supuesto, FAKALI ofrece igualmente dentro de su oferta educativa la realización de actividades e iniciativas conmemorativas de carácter intercultural o que promuevan valores como la coeducación y la no violencia.
La organización dispone de toda una batería de materiales, entre los que destaca su genuino ‘Pasacaló’, gracias al cual el alumnado conoce de manera amena y divertida palabras provenientes del léxico romaní en España, así como fechas y personalidades claves para entender la importancia que adquiere la comunidad gitana en la conformación cultural de nuestro país. Dentro de esta misma batería de materiales, la organización también ofrece a los centros educativos actividades motivacionales, de habilidades sociales y de educación en valores. Aspectos que, bajo nuestra experiencia dilatada en años de intervención, suponen una mejora sustancial en el día a día del alumnado.
Actividades con familias
Como parte de la mediación intercultural ya citada anteriormente, FAKALI ofrece a las familias del alumnado al que atiende una campaña de matriculación que, bajo la denominación “La escuela también es gitana” trata de ofrecer información, asesoramiento y asistencia a la matriculación de la infancia y la adolescencia gitanas. Este dispositivo es especialmente útil y efectivo teniendo en cuenta la digitalización de nuestra sociedad y la brecha digital existente entre la población romaní. Además de ello, la federación dispone de un equipo técnico para el desarrollo de talleres grupales para las familias a través de los cuales se fomentan las habilidades sociales, así como se tratan actuaciones de parentalidad positiva. Todo ello se implementa desde una perspectiva dinámica y adaptativa que trata de acercar a las familias al sistema educativo, y que éste a su vez trate de ver en la diversidad cultural una fuente de riqueza que a la postre mejora las condiciones sociales y educativas de los y las menores. Especialmente de los gitanos y gitanas.