559 AÑOS DE UN FEMINISMO GITANO IMBATIBLE

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Nos alcanza un nuevo 22 de noviembre en el calendario. Se trata de una fecha especialmente señalada para los gitanos y gitanas de Andalucía, pues llevamos 559 años escribiendo con letras de oro un binomio inquebrantable. De hecho, pudimos confirmarlo el pasado viernes 19 de noviembre, durante el acto por el 20 aniversario de AMURADI, la Asociación de Mujeres Romís y Universitarias de Andalucía, que tuvo lugar en la Casa de la Provincia de Sevilla, y en el que se dieron cita más de un centenar de personas, entre personalidades políticas y representantes del movimiento feminista romaní.

Entendimos que este año, justo cuando los discursos racistas y machistas se han hecho aún más incisivos, era el momento de mostrar a la sociedad que nosotras, las gitanas, no sólo deconstruimos los prejuicios, sino que llevamos haciendo efectiva la phenjalipen, la sororidad, el apoyo mutuo entre hermanas, desde hace siglos.

Nuestras antecesoras, por tanto, formaban parte del propio feminismo, del feminismo gitano, mucho tiempo antes que se escribiera sobre él. Por eso quisimos comenzar los actos conmemorativos de este 22 de noviembre de 2021 con un acto y una exposición que está siendo visitada en estos días en la Casa de la Provincia de Sevilla por centenares de personas, las cuales pueden percatarse de que, efectivamente, el feminismo gitano existe desde hace siglos. Porque ellas, las que nos precedieron, con su lucha e inconformismo frente a la opresión antigitana, fueron capaces de aunarse en “un frente común para derribar los muros no de cristal, sino de hormigón”, tal y como señala nuestra presidenta, Beatriz Carrillo de los Reyes.

Pioneras: Precursoras del feminismo gitano
Además de la exposición, en el acto institucional que ha centrado nuestra conmemoración del 22N se han rendido honores a la memoria de nuestras tías, cuyas historias han sido silenciadas por buena parte de la sociedad. Luz y memoria, por tanto, a la historia de vida de Rosa Cortés, por ejemplo, quien lideró una huida durante su internamiento en la Casa de la Misericordia de Zaragoza tras ser capturada durante la Gran Redada del Marqués de la Ensenada.

También para las Cigarreras, quienes fundaron la Hermandad del Socorro Mutuo, primer movimiento obrero de Andalucía, el cual protagonizó revueltas para exigir salas de lactancia y mejoras salariales para las mujeres. Luz y memoria para Pastora Imperio, que no dudó en pedir el voto femenino a principios del siglo XX; para la Andonda o para la Mejorana. Recuerdo que queda indeleble en nuestra memoria para todas y cada una de nuestras tías que jamás se han amilanado y nos han traído hasta donde estamos. Pues las mujeres gitanas, insistimos, han sido un timón fundamental para inculcarnos la gitanidad.

Por eso hemos querido reconocer su esfuerzo, teniendo presente y agradeciendo el trabajo de todos y cada uno de los movimientos feministas romanís de Andalucía, que recién instaurada la democracia en España comenzaron a organizarse mediante el asociacionismo y que han continuado hasta nuestros días. A todas esas mujeres les debemos buena parte de nuestra dignidad y nuestro progreso como mujeres gitanas. Y era de justicia que AMURADI-FAKALI, entidad referente en este histórico movimiento romaní por la igualdad, así lo reconociese convocándolas para darles el sitio que por esfuerzo, sacrificio y empeño en la causa feminista les pertenece en un acto cargado no sólo de simbolismo, sino de emoción. Mucha emoción.

Un acto igualmente histórico en el que como no podía ser de otra manera se ensalzó el trabajo y el acompañamiento de aquellos hombres, nuestros tíos, que ya en su día, y hasta hoy, han apoyado esta revolución del feminismo romaní.

Aunar los aires de la gitanidad con el movimiento feminista más transgresor
La seña de identidad de AMURADI desde sus inicios perdura, convirtiéndose en una línea de pensamiento que defiende contra viento y marea que la mujer gitana ha de obtener “no el sitio que merece, sino el que le pertenece”. Extremo recalcado por la diputada en el Congreso, Carmen Calvo, que también fue homenajeada por su defensa a ultranza de nuestro Pueblo, el Pueblo Gitano, y con especial relevancia a sus mujeres. También la Viceconsejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, María del Carmen Cardosa, tuvo unas cariñosas palabras para conmemorar los 20 años de AMURADI, reconociendo el trabajo indispensable de AMURADI-FAKALI.

No ha sido difícil aunar la gitanidad con los aires del feminismo más transgresor. Ni siquiera el hecho de incluir el adjetivo de “universitarias”, pues todos esos conceptos no hacen más que reafirmar nuestra propia identidad. Por eso, desde nuestros inicios, nuestra presidenta, Beatriz Carrillo de los Reyes, no ha dudado en proclamar el deseo de seguir llenando “la universidad de lunares”. El templo del saber debe continuar apostando por una realidad palpable que ha servido para la construcción identitaria de Andalucía y, por ello, también del estado español. Asimismo, desde nuestro Pueblo, y con el apoyo de los gobiernos, debemos seguir trabajando para desterrar el peso del largo tiempo de exclusión, que ha hecho mella en zonas especialmente vulnerables, en las que la sobrerrepresentación gitana es más que evidente.

Todo ello, y tal y como nos aseguraba el pasado viernes el vicepresidente primero del Congreso de los Diputados, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, trabajando en “una sociedad más feminista” para todas y todos. Incluidos los hombres: “Nos toca ahora a nosotros demostrar que estamos aquí, apoyando las causas justas como esta”.

Sin olvidar que el endurecimiento de discursos totalitarios donde la gitanidad, la diversidad, la interculturalidad o el feminismo parecen estar justamente en las antípodas ideológicas de quienes afirman que “formamos parte del paisaje de Andalucía”. Cuestión sobre la que disertó la diputada por el PSOE, Adriana Lastra, en la clausura de este acto institucional. Un evento histórico, reivindicativo, y de justicia, que sin duda alguna nos ha servido como aldabonazo para seguir trabajando en favor de una sociedad más justa, más igualitaria, pero sin perder de vista de dónde venimos. Por eso, seguiremos honrando la memoria de los que se fueron, llevando a gala nuestra gitanidad, pero sin dudar a la hora de reclamar nuestros espacios y nuestro sitio.
Gracias a todas y cada una de las personas que siguen creyendo día tras día en un feminismo gitano imbatible.