600 años de Rromipen: seis siglos de lucha y dignidad
El 8 de abril de 1971 se celebró el I Congreso Internacional del Pueblo Gitano en Londres. En aquella histórica cita proclamamos nuestra bandera e himno como señas de identidad universal, poniendo de relieve delante de todo el mundo nuestra Rromipen.
54 años han pasado desde entonces. Más de medio siglo en el que hemos conseguido avanzar en la lucha en defensa de nuestras propias cultura y dignidad, pero bajo la conciencia de que todavía tenemos un inmenso trecho que recorrer en el camino hacia la igualdad plena en el ejercicio de los derechos reconocidos a todas las personas. Siempre bajo el respeto a nuestra identidad e idiosincrasia, forjadas en lo que hoy es España a lo largo de, nada menos, seis siglos.
De hecho, nuestro 8 de abril de este año queda marcado, de manera evidente, por la celebración del 600 aniversario de la llegada de las primeras poblaciones gitanas a la Península Ibérica. El Gobierno de España ha tenido a bien declarar, por ese histórico hecho, este 2025 como “año del Pueblo Gitano”, lo que supone, sin lugar a dudas, un espaldarazo a nuestras justas reivindicaciones.
Más complicadas que nunca por el contexto en el que vivimos actualmente, donde planean de nuevo sobre Europa los viejos monstruos del totalitarismo y el racismo. Auspiciados por discursos del miedo, marcados con un evidente sesgo de odio antigitano, que obligan a estar más vigilantes que nunca a quienes creemos en la igualdad, la libertad, la democracia y el Estado de Derecho.
No podemos quedarnos impasibles ante la difusión del antigitanismo, en sus diferentes modos y expresiones, que tanto mal nos hace y que nos impide salir del vagón de cola de los principales indicadores de desarrollo humano existentes.
Desde FAKALI seguiremos defendiendo con ahínco la dignidad de nuestro Pueblo ante todo tipo de ataques, vengan de donde vengan. Ya sea de la clase política ultra que quiere volver a situarnos como causantes de los males que nos aquejan como sociedad; ya sea de los medios de comunicación que priorizan el sensacionalismo, los tópicos y los prejuicios a la veracidad y el rigor informativo; ya sea de la legión de trolls racistas y violentos que domina las redes sociales en Internet, y se dedican a difundir mentiras sobre nosotros y nosotras.
FAKALI tiene el convencimiento de que la política real, efectiva y transversal en la lucha contra la discriminación antigitana es el único medio eficaz para lograr los objetivos que nos marcamos. Con la puesta en marcha de la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación, la reforma del Código Penal que incluye el antigitanismo como elemento motivador y agravante en la comisión de delitos, o la histórica aprobación de los materiales educativos sobre historia y cultura gitanas para los libros de texto escolares, hemos avanzado en favor de la igualdad de manera decisiva en materia normativa. Ahora nos queda aplicar con energía y convencimiento lo que en el papel se expresa de manera clara y meridiana. Nos urge que todas las medidas antidiscriminatorias sean efectivas en nuestro día a día.
Por ello, insistimos en la necesidad de que se haga realidad un Pacto de Estado Contra el Antigitanismo, cuyos primeros pasos se dieron en la pasada legislatura en el Congreso de los Diputados. No podemos olvidar que este fenómeno es una lacra que lleva demasiado tiempo causando diferencias sociales, económicas, educativas, laborales y sanitarias en nuestro Pueblo.
Formamos parte, de manera orgullosa y plena, de una estirpe resistente y luchadora. Reivindicamos plenamente que nuestra cultura ha sido, y es, esencial a la hora de configurar importantísimas señas de identidad de la cultura española y andaluza. Pero, sobre todo, mantenemos el orgullo de ser mujeres gitanas que han roto con los patrones del machismo y del antigitanismo.
Tampoco podemos pasar de largo este día sin rendir homenaje a las víctimas gitanas de las distintas persecuciones que hemos padecido a lo largo de los tiempos. Por eso seguimos ejerciendo de altavoz de esas voces gitanas silenciadas que consiguieron mantener nuestra identidad, valores y tradiciones que mantienen vivo a un pueblo que se enfrenta a la difícil tarea de revindicar hoy, pero también todos los días del año, el compromiso real a la hora de consolidar un modelo social amplio y diverso, en el que primen el respeto, la tolerancia y la convivencia en paz.
Nuestra lucha y nuestra capacidad de resistencia merecen ser reconocidas y valoradas. Por eso, cada 8 de abril alzamos fuerte nuestra voz para decir, alto y claro, que ningún racista podrá con nosotras y nosotros, y que el futuro nos pertenece.
Opré Rromá, Opré Rromnja.