UNA DEUDA HISTÓRICA AL FIN SALDADA

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FAKALI agradece al Ministerio de Educación y Formación Profesional la inclusión de la Historia y la Cultura Gitana en los libros de texto de la Enseñanza Secundaria Obligatoria.

La sociedad civil gitana en general y el movimiento asociativo gitano español en particular están de enhorabuena tras haberse hecho pública hoy la inclusión de la historia y la cultura romaní en los libros de texto de Secundaria, y más concretamente dentro de la asignatura de Geografía e Historia en 1º y 2º de la ESO. Se trata de una de las reclamaciones históricas de todas aquellas personas y movimientos gitanos que, como la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas, han luchado de manera incesante en pro de una educación rica en diversidad. Con el último borrador del proyecto del real decreto por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria, que el Gobierno aprobará en el mes de febrero (junto con los decretos de Infantil, Primaria y Bachillerato) se confirma esta máxima que en FAKALI llevamos desde hace tantos años tratando de alcanzar, suponiendo por tanto un aldabonazo al trabajo llevado a cabo desde entonces.

Fruto de estas acciones, y como parte del Grupo de Educación del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, junto al Ministerio de Educación y Formación Profesional, mujeres gitanas profesoras de FAKALI han contribuido a la creación de los materiales didácticos para toda la comunidad educativa y el profesorado de la Educación Primaria, por lo que desde nuestra organización nos mostramos especialmente agradecidas por haber participado en el gran reto de la creación de este contenido curricular que ahora, y en Secundaria, los y las adolescentes de toda España podrán aprender en una asignatura de especial calado y obligatoria, que abordará aquellas cuestiones relativas a la gitanidad. A día de hoy ignoradas por parte de una sociedad que ha continuado durante tantos años dejando atrás los valores historiográficos y etnográficos de la minoría étnica con mayor presencia del Estado español.

Esta noticia supone un enorme paso en la lucha contra la discriminación y el propio antigitanismo, toda vez que los prejuicios tienen en el desconocimiento un poso de trascendental calado. En palabras de la presidenta de FAKALI y vicepresidenta segunda del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, Beatriz Carrillo de los Reyes: “Se trata de una aspiración legítima e histórica de nuestro Pueblo y una demanda de todas las organizaciones gitanas. Por ello, desde el Consejo Estatal se impulsó como prioridad en los planes operativos de Estrategia Nacional para la Igualdad, Inclusión y Participación del Pueblo Gitano. Se ha conseguido que la historia gitana deje de ser la historia muda de nuestro país en los libros de texto”.

De hecho, una de las motivaciones principales que han hecho defender históricamente la inclusión de la cultura gitana en el currículo académico viene directamente relacionada con la infancia y la adolescencia romaní de toda España, que históricamente han visto su propia historia y su cultura infrarrepresentada tanto en los libros de texto como en el día a día del centro escolar, cuestión que provoca la desconexión con el propio sistema educativo, convirtiéndose en un motivo más de los que planean alrededor del absentismo y el abandono escolar.

Por lo tanto, esta medida conocida hoy no sólo tiene un importante calado dentro de una deuda histórica de un estado democrático como es España, sino que también se convierte en una medida trascendental en la lucha contra ese abandono y fracaso escolar. De hecho, en los últimos cinco años, desde FAKALI se ha desarrollado un trabajo de promoción de la historia y la cultura romaní plasmado en acciones educativas y pedagógicas en las aulas de más de 400 centros entre Primaria y Secundaria de la práctica totalidad de Andalucía, donde se han implementando seminarios formativos tanto para el alumnado como para el profesorado. Sin estos la información vertida sobre nuestro Pueblo hubiera quedado en la más absoluta indiferencia. Una circunstancia que advierte la necesidad imperiosa que la ciudadanía en general tiene no sólo en el reconocimiento de la minoría étnica con mayor presencia de nuestro país, sino en la mejora de la propia convivencia en un plano de igualdad, respeto, tolerancia y diversidad.