MUJERES GITANAS CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA

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MANIFIESTO 25N

La lucha contra la violencia machista es un desafío de todas, pero para las mujeres gitanas es también un acto de resistencia contra siglos de opresión. En este 25 de noviembre, alzamos la voz desde nuestra dignidad, desde nuestra fuerza como mujeres y como gitanas, para decir bien claro que no aceptamos ni una agresión más.

Sabemos lo que es enfrentarnos a las adversidades y mantenernos firmes. Sabemos lo que significa proteger a las nuestras y cuidarnos unas a otras. Por eso, desde la phenjalipen, nuestra sororidad gitana, tejemos redes que nos hacen fuertes, unidas y libres. Esta lucha es nuestra y no vamos a parar hasta acabar con la violencia machista en todas sus formas.

Este año, 41 mujeres han sido asesinadas en España por el terrorismo machista. Desde 2003, 1.286 vidas se han perdido a manos de quienes decían amarlas. Estas cifras son más que números; son mujeres a las que les arrancaron la vida y familias rotas para siempre.

Pero la violencia no siempre es tan visible. Muchas veces se cuela de forma sutil: el control, el aislamiento, el desprecio. A las mujeres gitanas, esta violencia se nos multiplica al sentirnos aparte en el movimiento feminista por el peso del racismo y los prejuicios que enfrentamos cada día. Porque no sólo sufrimos como mujeres; también como gitanas.

Por eso, cuando hablamos de igualdad, exigimos que sea una igualdad real, que respete nuestras identidades y que tenga en cuenta la diversidad y la interseccionalidad. Queremos medidas que nos incluyan, políticas que nos entiendan y soluciones que lleguen a todas las mujeres, sin distinción.

El orgullo de ser gitanas: fuerza para combatir el machismo

Las mujeres gitanas llevamos siglos resistiendo. Nuestras ancestras nos enseñaron a mantenernos fuertes, a cuidarnos y a sacar adelante a nuestras familias incluso en los peores momentos. Y esa fuerza que nos ha traído hasta aquí es la que ahora nos impulsa a luchar contra las violencias machistas.

Sabemos que el machismo no es parte de nuestra cultura. Es una herida que viene del patriarcado, un enemigo que no entiende de etnias ni culturas. Y como hemos plantado cara a tantos enemigos antes, nos enfrentaremos a este también, juntas, con nuestra phenjalipen como bandera.

El peligro del negacionismo: un desafío actual

Hoy vivimos tiempos complicados. El negacionismo de la violencia de género está ganando espacio en instituciones, redes sociales y medios de comunicación. Y sabemos bien de qué va esto, porque los discursos de odio no son nuevos para nosotras.

No vamos a permitir que nos silencien. Nuestra historia es una historia de resistencia y de lucha por nuestra libertad. Y, como gitanas, sabemos que la única manera de enfrentarnos a estos discursos es desde la unión, desde el apoyo mutuo y desde la exigencia de justicia social.

La educación es nuestra arma más poderosa. Es en las escuelas, en las familias y en nuestras comunidades donde podemos enseñar a las nuevas generaciones que el respeto, la igualdad y la dignidad son valores fundamentales.

Pero no basta con enseñar a respetar a las mujeres. También tenemos que educar a nuestras niñas en el orgullo de ser gitanas, en el valor de nuestra identidad y en la fuerza que nos da nuestra cultura. Porque ser gitana es un motivo de orgullo. Y queremos que nuestras hijas crezcan libres de violencias y llenas de esperanza.

Hoy, las mujeres gitanas levantamos nuestras voces y nuestras cabezas para decir bien alto: ¡No más violencia! Por las que ya no están, por las que sufren en silencio, por nuestras hijas y nuestras nietas. Seguiremos luchando con todo lo que somos, con nuestra fuerza, nuestra historia de resistencia y nuestra sororidad, para construir un futuro libre de violencia para todas.