Intentos de genocidio pasado, discurso de odio presentes y desafíos futuros: el Pueblo Gitano sigue siendo invencible
En este 2024 se cumplen 275 años del Baró Estardipen, la conocida como Gran Redada contra el Pueblo Gitano, organizada y ejecutada de la manera más cruel por parte del Gobierno de Fernando VI. En esas fechas de dolor y oprobio, los gitanos y las gitanas fuimos perseguidos, encarcelados, torturados y ejecutados en aplicación de un plan orquestado desde el poder, en uno de los peores ejemplos de racismo y violencia institucional de toda nuestra historia.
A pesar del tiempo pasado, siguen muy vivos en nuestra memoria esos terribles días que, sin duda alguna, contribuyeron a forjar nuestra fortaleza y resiliencia como pueblo. Somos fuertes, somos resistentes, y ni siquiera toda la maquinaria del Estado, preparada y dispuesta para nuestro exterminio en aquellas negras jornadas de hace 275 años, ha podido borrarnos de la historia.
Historia que debe ser justa con las víctimas y poner en el lugar que merece a los victimarios, como el Marqués de la Ensenada, ideólogo y ejecutor de la Gran Redada, que se llevó por delante la vida de 10.000 gitanos y gitanas, y cuya figura todavía es reconocida dando su nombre a numerosas calles, plazas y lugares públicos de nuestro país. No puede haber memoria ni reparación sin justicia, y mientras el nombre de un genocida siga estando presente en nuestras calles, las víctimas de su perversa actuación seguirán siendo humilladas.
Como cada año, también recordamos el 2 de agosto de 1944, fecha en la que familias gitanas apresadas por los nazis en el campo de exterminio de Auschwitz-Bikernau, tras el acto heroico que protagonizaron en mayo de ese mismo año, fueron finalmente gaseadas por sus captores y verdugos. El holocausto gitano durante la Segunda Guerra Mundial se llevó por delante la vida de cientos de miles de gitanos y gitanas, víctimas del odio racial cultivado durante años por los nazis merced a una propaganda implacable que se encargó de señalar quiénes debían ser exterminados, por el mero hecho de ser romaníes.
El odio antigitano, pese a los avances en nuestra sociedad en materia de defensa de derechos de los grupos sociales minoritarios, sigue estando muy presente tanto en nuestro país como en el resto de Europa. Los prejuicios y estereotipos antigitanos, que siguen siendo el caldo de cultivo para la discriminación secular que padecemos, son herederos de esa cultura de odio que tanto tiempo se difundió impunemente por el viejo continente, por lo que sigue siendo fundamental que los Estados europeos sigan tomando todas las medidas necesarias para atajarlos, sobre todo en una época en la que los discursos intolerantes y racistas han vuelto a ocupar espacios en nuestras instituciones democráticas y ganar terreno en las redes sociales e Internet.
Por ello, aplaudimos la puesta en marcha, dando cumplimiento a la nueva Ley de Memoria Democrática, de la Comisión sobre reconciliación con el Pueblo Gitano, reparación a víctimas de la guerra y la dictadura y vulneración de derechos humanos al inicio de la democracia, una histórica reivindicación solicitada por FAKALI durante años.
Por este motivo, solicitamos altura de miras y compromiso a nuestros representantes públicos, para que aprovechen este momento y pongan encima de la mesa, para el conocimiento público, la verdadera dimensión de la persecución franquista contra el Pueblo Gitano.
Del mismo modo, mostramos nuestra preocupación por el exponencial aumento de delitos de odio cometidos por antigitanismo en España en los últimos años. Los informes emitidos por el Ministerio del Interior vuelven a poner encima de la mesa un fenómeno que prosigue en su particular escalada, ya que este tipo de delitos son los que más crecen en nuestro país desde que empezaron a contemplarse en las estadísticas en el año 2019.
Sólo en el último año se ha producido un aumento del 68% de denuncias por delitos de odio motivados por el antigitanismo en España. Ocurre lo mismo en Alemania, donde en 2023 se duplicaron los delitos de odio en este apartado: 1.233 incidentes contra representantes de los sinti y romaníes. Es evidente que estamos ante la punta del iceberg del conocimiento y trascendencia de estos delitos, ya que seguimos teniendo un serio problema de infradenuncia, que nos impide valorar todavía la verdadera dimensión de este asunto, y que tenemos que combatir aplicando la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación, que sitúa el antigitanismo como una forma específica de discriminación a la hora de cometer delitos de odio, y que es una herramienta jurídica destinada a proteger nuestros derechos.
Aunque hay datos que alarman: los hechos conocidos relativos a los delitos de odio cometidos a través de Internet y redes sociales en materia de antigitanismo han crecido en España un ¡1700%! en el último año, según el Informe sobre la evolución de los delitos de odio en España del Ministerio del Interior de 2023.
Pero no podrán con nuestro Pueblo. No nos rendiremos. Ni lo hicimos entonces ni lo haremos ahora. La incorporación social de los gitanos y las gitanas, sobre todo a los ámbitos académico y laboral, se está produciendo a pasos agigantados. Estamos conquistando derechos y espacios de visibilidad, aunque hemos tenido que esforzarnos el doble en la mitad de tiempo. Esfuerzo que no siempre se ha visto correspondido por la sociedad mayoritaria.
Si a pesar de las persecuciones sufridas durante siglos hemos sido capaces de influenciar y de servir de referencia para la historia y la cultura española y europea, eso significa que somos un pueblo invencible. Hemos contribuido a forjar el carácter y la personalidad tanto de España como de Andalucía, y nuestros valores en defensa de la familia, de respeto a las personas mayores, y de refuerzo de la colectividad, siguen estando más presentes que nunca en una sociedad cada vez más egoísta e individualizada.
Desde FAKALI seguiremos firmes en el compromiso de defender los derechos y la dignidad del Pueblo Gitano. En recuerdo a las víctimas de la Gran Redada y el Holocausto Gitano, no nos temblará el pulso en esta tarea, porque creemos firmemente que existe un futuro de esperanza que el Pueblo Gitano se merece, y que estamos dispuestas a conseguir.