600 Años de Historia, Cultura y Resistencia: Andalucía es tierra gitana

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El 22 de noviembre de 1996, el Parlamento de Andalucía reconoció la profunda contribución del Pueblo Gitano a la identidad andaluza y estableció esta fecha como el Día de los Gitanos y las Gitanas de Andalucía, recordando que en 1462 llegaron los primeros romaníes a estas tierras. Hoy, apenas dos meses antes de cumplir seis siglos en el territorio español, podemos afirmar que Andalucía no puede entenderse sin nuestra influencia, pues gitanos y gitanas —que representan más del 5% de la población andaluza— hemos aportado con nuestras creaciones, conocimientos y costumbres a lo que hoy es nuestra cultura andaluza.

Desde figuras emblemáticas como José Monge Cruz Camarón de la Isla hasta Pastora Imperio; desde quienes vendíamos en los mercadillos como siglos antes hicieron los andalusíes; desde aquellos que han llegado a conquistar espacios de decisión política a quienes soñamos con un futuro mejor para nuestras familias; todos hemos dejado nuestra huella en el alma de Andalucía. Grandes exponentes de la cultura andaluza —como Falla, Lorca, Picasso o Aleixandre— reflejaron en sus obras la riqueza cultural romaní. Ser andaluz es ser, en cierto modo, medio gitano o medio gitana, y esto se siente en cada rincón, desde los barrios del Sacromonte y Triana hasta cada feria o Semana Santa que celebramos. Desde la gastronomía hasta las palabras que salen desde nuestras gargantas: La rromipen, la gitanidad rebosa por cada poro de Andalucía.

El Pueblo Gitano ha transformado y nutrido nuestra tierra, y eso debe reconocerse no sólo en palabras, sino con en hechos. A pesar de ser una comunidad con profundas raíces en Andalucía, seguimos enfrentando, en ocasiones, la discriminación. Ejemplos palmarios, como los que en este año han protagonizado algunos representantes políticos locales, lo que evidencia que el racismo estructural y los discursos de odio no conocen ideologías ni fronteras. Desde 2019, el Observatorio de la Discriminación y contra el Antigitanismo de FAKALI, el primero que analiza el tratamiento sociomediático hacia la población romaní de nuestro país, ha examinado 8100 publicaciones en redes y medios, identificando 5100 como antigitanas, y denunciando 501. Es imperativo que las instituciones públicas actúen unidas y proactivas, con políticas y recursos suficientes, para que el antigitanismo sea erradicado de nuestra sociedad. No podemos consentir que 7 de cada 10 contenidos diarios en internet sean antigitanos, como identifica el observatorio y, por supuesto, que ese odio visceral sea permitido, compartido e incluso, sea rentable económica y socialmente.

Este año, en el 600 aniversario de nuestra llegada a España, denunciamos que el racismo antigitano sigue afectando a miles de gitanos y gitanas en su acceso a la educación, la sanidad, la vivienda y el empleo. La historia está ahí para demostrarlo y los datos provenientes de cada estudio, incluidos los europeos lo confirman: En España en general y en Andalucía en particular, la brecha social, la esperanza de vida y la memoria histórica del Pueblo Gitano no son equitativas ni ecuánimes. Nos queda mucho por avanzar, cuestión por la cual, a través del Observatorio, FAKALI visibiliza la frecuencia y la gravedad de estas situaciones para promover la igualdad de trato y no discriminación bajo un modelo de trabajo que aborda la contracultura para concienciar y la atención integral para subsanar esas brechas no saldadas. En este compromiso, también destacamos el problema del antigitanismo de género, que intensifica la discriminación hacia nuestras primas y hermanas. Por ello, en pocos días presentaremos el primer informe sobre el antigitanismo de género, que también recoge la urgente necesidad de crear protocolos específicos de atención para mujeres romaníes víctimas de violencia de género.

A estos desafíos estructurales, el Pueblo Gitano los enfrenta gesto a gesto; tejiendo alianzas, como las que hemos desarrollado con el gobierno de España o Andalucía; con universidades y empresas que creen en un nuevo horizonte donde discriminar y ejercer el racismo no salga gratis. No podemos sentarnos a esperar cómo, de nuevo, se nos vuelve a situar en el último vagón de cola de esta sociedad mientras que la misma enarbola nuevos retos donde, los gitanos y las gitanas, ni siquiera estamos.

Así, desde FAKALI:

  • Rechazamos rotundamente todas las formas de discriminación y seguiremos utilizando todas las herramientas legales contra el antigitanismo. Es imprescindible crear un consenso en torno a esta lucha para combatir esta lacra que afecta a nivel mundial. Recordamos que el Pacto contra el Antigitanismo de FAKALI ha sido la simiente para el desarrollo de nuevas estrategias políticas que deben seguir implementándose hasta acabar con la normalización del racismo antirromaní.
  • Reafirmamos nuestra apuesta por las alianzas políticas que permitan a las personas gitanas acceder a todos sus derechos constitucionales en igualdad de condiciones, abriendo oportunidades para el futuro de nuestra infancia y juventud.
  • Reivindicamos la riqueza cultural gitano-andaluza, valorando y difundiendo las contribuciones que han tejido parte esencial de nuestra identidad andaluza y que siguen inspirando a nuestras generaciones presentes y futuras.

Es momento de comprometernos, en una unidad, por una Andalucía en la que las niñas y niños gitanos puedan crecer sin ser víctimas de odio, pobreza o exclusión. Porque ser de Andalucía es ser también gitanos y gitanas, y con la bandera de nuestra historia, seguimos resistiendo y avanzando hacia un futuro de dignidad y respeto para nuestro Pueblo.

¡Opre Rromá! ¡Opre Rromja! ¡Arriba los gitanos y las gitanas!