ANDALUCÍA ES TIERRA GITANA

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Manifiesto de FAKALI con motivo del 22N, Día del Pueblo Gitano Andaluz 2025

Andalucía es una tierra tan grande, con tanta historia y con tanta alma, que no puede tener solo un día al año. En términos antropológicos, debería tener al menos tres: el Día de nuestra Comunidad, el día en que salimos a las calles a reclamar autonomía y el día de su cultura hermana, la única que permanece viva de todas las que poblaron estas tierras: la cultura gitana.

Andalucía es tierra gitana. Y esta afirmación no es un eslogan vacío que se pronuncia solo cada 22 de noviembre, sino una realidad tangible, medible y, sobre todo, vivida. Hablar de cultura gitana en Andalucía no se limita al ámbito musical o artístico: es hablar de una forma de entender la vida, de una ética de la convivencia, del respeto y de la libertad.

De ello supieron mucho los grandes genios de nuestra historia. Desde Machado a Falla, desde Romero de Torres hasta Joaquín Turina, no ha habido pensador, músico o artista que haya podido representar de manera honesta el alma de Andalucía sin adentrarse en su gitanidad.

Esa presencia se mide a través de seis siglos de convivencia. Basta con pasear por Triana en Sevilla, por el Albayzín y el Sacromonte de Granada, o por los barrios de San Miguel y Santiago en Jerez de la Frontera. Está en nuestra lengua, en los modos y formas de nuestros trajes regionales, en los rituales de memoria, en las cocinas familiares, en los gestos cotidianos y en la manera en que Andalucía siente, celebra y llora. Todo ello nos conduce, inevitablemente, al rromipen, a la esencia gitana que sigue bañando esta tierra de norte a sur.

Sin embargo, las voces del negacionismo —que no por ruidosas dejan de ser obtusas— continúan banalizando las creaciones e influencias gitanas sobre las que se asienta buena parte del patrimonio andaluz. Y así, la gitanidad se reduce, una vez más, a una fecha simbólica, a un pin azul y verde que se luce una sola vez al año.

Por eso, desde FAKALI insistimos en que la gitanidad no es un traje ni una celebración puntual: es una realidad viva, una raíz profunda que nutre la identidad andaluza.

Reclamamos que la sociedad, en su conjunto, y las instituciones, en particular, nos acompañen de manera constante, más allá de las conmemoraciones.

Pero para hablar de cultura también debemos hablar de justicia. Los datos siguen siendo alarmantes:

  • El Observatorio contra el Antigitanismo de FAKALI, único en España, analizó entre junio de 2024 y junio de 2025 un total de 6.335 publicaciones en internet, de las cuales 521 fueron identificadas como antigitanas. Es decir, al menos una manifestación de odio antigitano circuló cada día durante ese periodo.
  • El 91 % del Pueblo Gitano afirma haber recibido o presenciado discursos de odio contra su cultura (Informe Estudio y abordaje de la discriminación por motivos étnicos, FAKALI, 2024).
  • El 63 % de los profesionales en el ámbito público y privado ha sido testigo de tratos injustos hacia personas gitanas, aunque el 84 % manifiesta interés en formarse sobre la historia y la cultura gitana, una señal de esperanza que debemos aprovechar (FAKALI, 2024).
  • En Europa,  el  70  %  del  Pueblo  Gitano  vive  en  situación  de  pobreza,  ampliando dramáticamente la brecha de desigualdad y la pobreza infantil (Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, 2024).

Estos y otros indicadores muestran una problemática estructural que atraviesa desde lo cultural hasta lo material, y que solo puede revertirse mediante una estrategia pública coordinada, sostenida y valiente.

Las entidades sociales que llevamos décadas defendiendo los derechos y la cultura del Pueblo Gitano observamos con preocupación la cronificación de condiciones históricas que permanecen estancadas desde el franquismo. Según datos de FAKALI (2024), más de la mitad de las familias gitanas residen en zonas periféricas o guetificadas, lo que limita su acceso a servicios, oportunidades y calidad de vida. Y esta realidad se traduce también en un dato demoledor: nuestra esperanza de vida es ocho años menor que la del resto de la ciudadanía europea.

Por todo ello, desde FAKALI instamos a las administraciones públicas a asumir un compromiso real y continuado con la promoción de la cultura gitana y con la igualdad efectiva del Pueblo Gitano andaluz. Andalucía no puede comprenderse sin su gitanidad; del mismo modo que la historia, la música o la estética andaluza no se pueden narrar sin la gitanidad.

Queremos que la ciudadanía andaluza sienta este día como una celebración propia, inseparable de su identidad y de su historia. Y que, junto a nosotros como Pueblo, reclame justicia social, reconocimiento y reparación histórica para un pueblo milenario que no se rinde, que sigue creando, y que continúa sintiéndose orgulloso de decir en voz alta:

¡Andalucía es tierra gitana!

¡Opré Rromá!

¡Opré Rromja!

Porque las comunidades democráticas deben avanzar hacia una sociedad abierta, plural y justa, donde los espacios sean más amables, accesibles y diversos. Solo así construiremos una Andalucía más fuerte, más humana y más fiel a su verdad: una tierra que sigue latiendo al compás de la gitanidad.