FAKALI DENUNCIA ANTE LA FISCALÍA DE DELITOS DE ODIO DE MADRID LAS DECLARACIONES DEL PERIODISTA EDUARDO GARCÍA SERRANO EN EL TORO TV

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La Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas FAKALI ha adoptado la determinación de denunciar ante la sección de delitos de odio y discriminación de la Fiscalía de Delitos de Odio de Madrid al periodista Eduardo García Serrano por las declaraciones vertidas en el programa “El Gato al Agua” de El Toro TV, en su edición del pasado jueves 30 de julio, por si estas pudiesen ser consideradas elementos constitutivos de un presunto delito de odio por su marcado carácter antigitano.

En su intervención, el señor García Serrano arremete contra las personas gitanas haciendo uso de manidos estereotipos y prejuicios para dar forma a un discurso abiertamente condescendiente y racista en el que ahonda en la perpetuación de la marginalidad, la delincuencia y la exclusión como cualidades definitorias de una ciudadanía sobre la que no muestra el más mínimo respeto. Es más, exige que el Pueblo Gitano “pida perdón al payo por haberle consentido desde hace siglos crear un estado tribal, un estado de clanes, dentro de un estado moderno”.

FAKALI entiende que estas palabras, que persiguen difundir el odio y la hostilidad hacia la comunidad gitana, representan una clara actuación discriminatoria, afectando a su dignidad y su propio desarrollo en igualdad de condiciones. Haciéndolo además a conciencia, con intencionalidad de crear y alimentar además la reacción negativa de la población mayoritaria contra la romaní: “Aquellos payos que viven cerca de un asentamiento gitano saben de lo que estoy hablando”.

Y justo en una jornada en la que se rendía homenaje a las ciento de miles de personas gitanas asesinadas en el genocidio romaní durante la II Guerra Mundial y la Gran Redada de 1749 en España. Dos acontecimientos que forman parte de la misma historia mundial de la infamia sobre las que el vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, pidió perdón en el memorial del Samudaripen, organizado por el Consejo Estatal del Pueblo Gitano en Madrid. Detonante, a fin de cuentas, de la furibunda y discriminatoria reacción de García Serrano, convirtiendo a las personas gitanas una vez más en el blanco de los disparos xenófobos, menospreciándolas una vez más y pretendiendo colocar una venda sobre la realidad de las persecuciones padecidas, que no pueden ni ignorarse ni silenciarse. Las muertes del Samuradipen son reales. Muchísimas personas gitanas perdieron la vida y merecen un perdón y un homenaje porque ninguna vida vale más que otra.

En este sentido, “los mensajes vertidos por el tertuliano Eduardo García Serrano son un claro ejemplo de quienes propugnan ideologías supremacistas, racistas y antigitanas. Frente a ese odio, las fuerzas democráticas y civiles ni nos vamos a callar ni nos vamos a conformar”, señala Beatriz Carrillo de los Reyes, presidenta de FAKALI, quien representa la actitud contendiente de la comunidad gitana frente al racismo. «A estos racistas le decimos que después de 250 leyes dictadas en España para acabar con nuestra cultura y nuestras vidas sólo nos queda trabajar y luchar día a día contra estas posiciones fascistas que incitan al menosprecio y al odio. Hoy dicen esto en un medio comunicación y al día siguiente acaban quemando las casas de familias gitanas, como ya ocurrido desgraciadamente», enfatiza.

Por todo ello, FAKALI acude a la Justicia para que se abran las diligencias de investigación oportunas y adecuadas a la naturaleza del presunto delito de odio detectado. Esta federación va a utilizar siempre las acciones legales como vía de denuncia de este tipo de actos racistas que fomentan el odio, la discriminación y la ruptura de la convivencia. Para poder garantizar los derechos de toda la ciudadanía, y el pleno respeto a las leyes que organizan la convivencia, es nuestra obligación como entidad combatir la proliferación de este tipo de actitudes, que conllevan la generación una corriente de odio que tiene como destinataria a una determinada parte de nuestra sociedad.