FAKALI participa en el memorial institucional del Samudaripen, en un 2025 clave para la memoria del Pueblo Gitano
La Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas FAKALI ha participado, como miembro del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, en el acto institucional de memoria del Samudaripen y la Prisión General de Gitanos, celebrado en la sede del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. El homenaje, cargado de simbolismo en este 2025 declarado Año del Pueblo Gitano, ha reunido a representantes públicos y del movimiento asociativo gitano en un firme ejercicio de justicia social y reparación histórica.
El evento, impulsado por el ministerio, ha rendido tributo a las víctimas del Samudaripen —el genocidio gitano durante la II Guerra Mundial— y del Baró Estardipen —la Gran Redada de 1749—, recordando también los 600 años de presencia del Pueblo Gitano en España. La Orquesta Filarmónica Cervantina de las 25 Villas, bajo la batuta de Paco Suárez, ha interpretado dos piezas conmemorativas y se ha realizado la tradicional ofrenda floral en recuerdo de todas las personas gitanas perseguidas y asesinadas a lo largo de la historia.
Entre las voces institucionales, han intervenido el ministro Pablo Bustinduy; la secretaria de Estado de Igualdad, María Guijarro; y la directora general de Igualdad de Trato, No Discriminación y contra el Racismo del Ministerio de Igualdad, Beatriz Carrillo.
El ministro ha subrayado la importancia ineludible de un diálogo intercultural constructivo para la edificación de una sociedad más justa. Bustinduy ha enfatizado la responsabilidad social de reflexionar profundamente, reconocer y honrar la memoria histórica del Pueblo Gitano, así como de garantizar su derecho fundamental a la dignidad, la igualdad y la justicia. “Lo que verdaderamente sostiene la democracia son las personas que se niegan a quedarse de brazos cruzados ante la violencia y la discriminación”, ha insistido, ampliando esta actitud responsable más allá de las personas gitanas para referirse también a las actuales víctimas en Gaza. Asimismo, ha hecho un llamamiento a la superación de estereotipos y prejuicios, pilares para una convivencia respetuosa y enriquecedora.
Una idea igualmente defendida por la secretaria de Estado, quien ha enfatizado el papel preponderante de la mujer gitana en la pervivencia de la cultura gitana. “Rompéis barreras y nunca dais un paso atrás”, ha destacado antes de lanzar un mensaje de empoderamiento: “Tenéis que ser referentes a través del impulso de liderazgos femeninos gitanos que os coloquen donde os merecéis”.
En este sentido, Beatriz Carrillo, primera mujer gitana en un cargo de dirección del Gobierno de España, ha lanzado un mensaje claro: “La historia de España no será completa sin el relato del Pueblo Gitano, que no puede seguir contándose en tercera persona. Eso nos corresponde a nosotros y nosotras”.
Carrillo ha defendido que este tipo de actos no pueden entenderse como gestos aislados, sino como parte de un proceso de reparación y reconocimiento histórico que debe tener efectos concretos. En ese sentido, ha recordado que «ya no nos conformamos ni nos resignamos a que nos priven de los espacios, del discurso y la identidad para seguir manteniendo la mirada paternalista y la lógica ajena», reclamando así una ruptura con las dinámicas que históricamente han silenciado la voz gitana.
En un tono crítico pero constructivo, Carrillo ha subrayado que el futuro del Pueblo Gitano no puede seguir edificándose desde márgenes impuestos: «No se construye desde la exclusión ni desde la caridad. Ese no es nuestro lugar, ni estamos aquí para perpetuar la imagen de que el Pueblo Gitano no ha avanzado, como si fuese una causa perdida».
«Los avances y la igualdad del Pueblo Gitano son una vara de medir de la calidad democracia de nuestro país», ha insistido. Por eso, FAKALI reitera que la memoria no puede desvincularse de la acción. Desde la federación se reivindica una agenda institucional comprometida con la verdad, la justicia y las políticas transformadoras, y se reafirma la necesidad urgente de blindar la convivencia frente a la espiral de odio y sinrazón que amenaza nuestros valores democráticos más básicos. Solo desde el respeto a la diversidad se puede construir una sociedad verdaderamente justa, plural y libre.