FAKALI EVALÚA EN EL SENADO EL PACTO DE ESTADO CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO DESDE LA PERSPECTIVA ROMANÍ
La vicepresidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas FAKALI, María Filigrana, comparece para valorar el grado de cumplimiento del Pacto de Estado contra la Violencia de Género y las situaciones de violencia a las que se enfrentan las mujeres y niñas gitanas reclamando su protagonismo.
La comparecencia tiene lugar en la Comisión Especial de Seguimiento y Evaluación de los acuerdos del Informe del Senado sobre las Estrategias contra la Violencia de Género aprobadas en el marco del Pacto de Estado, presidida por María Jesús Álvarez González.
FAKALI acude a esta comisión avalada por su dilatada trayectoria de trabajo en favor de las mujeres y niñas gitanas en un acto que forma parte de su intensa agenda institucional como entidad interlocutora ineludible ante las administraciones a la hora de abordar políticas públicas en torno a la defensa de los derechos y las oportunidades del Pueblo Gitano, tanto en el ámbito nacional como internacional. Esta acción, en concreto, le ha permitido trasladar a los representantes políticos las necesidades y propuestas del grupo social al que representa, así como conocer de primera mano las decisiones que afectan a las personas gitanas, especialmente a sus mujeres, y mejorar su capacidad de supervisión sobre la gestión pública.
En FAKALI celebramos que la sociedad siga avanzando hacia la inclusión de toda la diversidad de género en las políticas para la igualdad. Pero estos avances no serán del todo exitosos si algunas mujeres no están representadas en los mismos. «Defendemos que las gitanas debemos ser nombradas; queremos ser partícipes y aspiramos a ser parte del cambio hacia una sociedad libre de machismo y violencia haciendo visible la diversidad de las mujeres y la lucha por un feminismo inclusivo e interseccional», ha recalcado María Filigrana.
No podemos hablar de violencia de género en mujeres gitanas sin hablar de antigitanismo, porque definitivamente es el elemento que está impidiendo una respuesta adecuada para las mujeres gitanas maltratadas. La falta de reconocimiento en los protocolos, la carencia de datos sobre cómo se está produciendo este fenómeno en las gitanas, la falta de formación de los equipos especializados (operadores jurídicos, profesorado, personal sanitario o de servicios sociales y medios de comunicación) o la inaccesibilidad a recursos para mujeres maltratadas sin mediar denuncia definen una intervención difícil en la actualidad. Además, las difíciles circunstancias socioeconómicas en la era Covid-19 y el racismo se convierten en un laberinto de obstáculos que les dificulta aún más el poder salir de estas dinámicas negativas.
Esta estigmatización que sigue vigente contra las mujeres gitanas está coartando su desarrollo personal y social. «Mientras se nos siga acusando de cómplices de la violencia de género será difícil que se articule una respuesta a la altura, porque se entenderá que somos perpetuadoras y voluntarias de estas situaciones», ha defendido la vicepresidenta de FAKALI, convencida de que ya es hora de cambiar este argumentario. «El machismo no es cultural y no lo hemos inventado las gitanas», ha enfatizado. Por desgracia, es un mal que afecta de manera global y que todas y todos estamos llamados a combatir.
Por todo ello FAKALI ha propuesto a la comisión la realización de un estudio de la situación de las mujeres gitanas víctimas de violencia de género, con la participación de entidades y personas expertas en la materia, que permita conocer con mayor veracidad, y sobre la base de datos científicos y no estimaciones, la situación actual de las mujeres gitanas frente a esta lacra. En este sentido, ha elevado además la propuesta de incluir a asociaciones representativas de mujeres gitanas en el Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer.
En la lengua gitana, el romanó, conocemos y practicamos desde hace siglos la Phenjalipé, la sororidad. Ante el racismo y las desigualdades, la respuesta de las gitanas ha sido el apoyo mutuo, la defensa de las personas más vulnerables, el valor de la comunidad y de nuestras redes para la supervivencia. FAKALI es una muestra de esta aspiración y por ello ha quedado a disposición de la Comisión Especial de Seguimiento y Evaluación de los acuerdos del Informe del Senado sobre las Estrategias contra la Violencia de Género aprobadas en el marco del Pacto de Estado, ofreciéndole su dilatada experiencia en la materia para seguir avanzando juntas hacia una sociedad libre de machismo. Y también de racismo.