COMUNICADO: LA SOCIEDAD PODRIDA DE NETFLIX

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  • Si la burla y el escarnio afectan incluso a las víctimas gitanas del Holocausto no hay duda: la sociedad está podrida

Desde FAKALI, la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas, organización social que lleva más de veinte años luchando contra el antigitanismo en todas sus formas de expresión, queremos hacer públicas a través de estas líneas nuestra más enérgica protesta contra el contenido discriminatorio vertido dentro del espectáculo “His dark material“ (“Su material oscuro”, en español) protagonizado por el británico Jim Carr, y emitido por la empresa de entretenimiento y plataforma de streaming estadounidense Netflix.

De nuevo han sido las redes sociales las que han hecho saltar las alarmas para que llegue ante nuestros ojos un clip de vídeo de pocos segundos, pero que cuenta con un nivel de odio extremo hacia las comunidades romaníes de todo el mundo que pretende extender hacia sus posibles seguidores. En el mismo, podemos ver al cómico Jim Carr dar inicio a esta miseria moral con la siguiente frase: “Abróchense los cinturones todos, ¿están listos?”, como preludio de una tormenta que dura escasos segundos pero que aglutina toda la maldad que una persona racista militante es capaz de transmitir bajo el disfraz de un humillante sarcasmo. “Cuando la gente habla del Holocausto, habla sobre la tragedia y el horror de la pérdida de seis millones de vidas judías a causa de la maquinaria de guerra nazi. Pero nunca mencionan los miles de gitanos que fueron asesinados por los nazis”, planteó al comienzo. Seguidamente agregó: “Nadie habla nunca de eso porque nadie quiere hablar… sobre los aspectos positivos”.

Tras soltar semejante barbaridad contra la memoria de los miles de hombres, mujeres, ancianos, ancianas y niños y niñas gitanos y gitanas brutalmente asesinadas por la barbarie nazi, el público contesta con una sonora carcajada al unísono, aprobando, respaldando y asumiendo como propio en todo momento semejante ultraje a la memoria y dignidad de nuestros antepasados en uno de los episodios más cruentos, nauseabundos e inmoral de cuantos hemos sufrido en nuestro pasado más próximo.

Con profunda estupefacción y dolor asistimos a un escarnio más, probablemente de los más dolorosos de cuantos hemos tenido que soportar en los últimos tiempos.

No terminamos de entender cómo la plataforma Netflix admite entre sus contenidos semejante barbaridad. No podemos comprender qué sistema de filtro se utiliza para evitar que el delito de odio se cuele entre la producción emitida aunque, si nos detenemos en varios de los contenidos que últimamente ofertan, encontraremos otros donde el antigitanismo sigue estando presente en series, documentales y películas que flaco favor hacen a la lucha contra el racismo. Cuestión contra la que, teóricamente, y de cara a la galería, este titán de las plataformas de entretenimiento suele mostrarse radicalmente en contra. Sin embargo, pareciera que, contra el antigitanismo, esa firmeza que caracteriza a la empresa estadounidense se tambalea como un castillo de naipes.

Por todo ello, desde FAKALI nos dirigimos en primer lugar a los líderes políticos del Parlamento Europeo, especialmente a aquellos que abogan por los Derechos Humanos, para que, en primer lugar, no vuelvan a dejar pasar por alto estos atropellos que deberían tener una respuesta contundente y a la altura del nivel de odio extremo y antigitano que Jim Carr ha protagonizado en este miserable y cruento show. De lo contrario, y al igual que ya ha sucedido en España con otro cómico recientemente, las ridiculizaciones y sornas hacia nuestro Pueblo, incluyendo los episodios más duros que hemos soportado como es el Holocausto Gitano (Samudaripen), así como otros, volverán a aparecer refugiándose cobardemente en un supuesto humor que alimenta el odio y golpea sobre la memoria de personas inocentes vilmente asesinadas por el régimen nazi.

Y, en segundo lugar, para que muestren un compromiso real y tangible a la hora de realizar un exhaustivo control del contenido que se muestra en este tipo de plataformas que están contando con un incremento de espectadores directamente proporcional a los escándalos discriminatorios sobre la diversidad sexual, de género o racial protagonizados. No podemos permitirnos el lujo de que el odio se siga propagando. De lo contrario, si permitimos que se siga alimentando, podremos confirmar que la sociedad está literalmente podrida del odio más visceral e inhumano. Y nos habremos de atener a las consecuencias por las consiguientes actitudes que de este se puedan derivar, provocando de nuevo la persecución y el maltrato manifiesto hacia todo un Pueblo.

Como no podía ser de otra forma, desde FAKALI nos sumamos a las exigencias de los más diversos organismos europeos que ya están pidiendo la retirada del contenido a Netflix, quien todavía, pese a la petición del partido laborista inglés, aún no ha retirado este espectáculo humillante y dantesco que, como ya hemos citado anteriormente, no es el primero emitido en la plataforma con un claro carácter antigitano. Aunque sí podemos afirmar sin temor a equivocarnos que se trata del más feroz jamás contemplado.
Nos encontramos en unos momentos especialmente tensos en la sociedad, con mensajes que se propagan prácticamente al instante, y si las empresas de comunicación y entretenimiento no se ponen del lado del oprimido, sino del lado del opresor, estarán contribuyendo a seguir motivando a ese antigitanismo y a ese racismo estructural y sistémico que sigue poniendo la rodilla sobre nuestras vidas.

Así mismo, seguimos a la espera de que Netflix, al igual que otras plataformas de entretenimiento, se sumen al contradiscurso contra este fenómeno ya abordado por el Consejo de Europa. Falta contenido sobre nuestras realidades, historia y rasgos culturales gitanos. Sin embargo, parece que la tendencia en este asunto es la de sumarse al carro de los medios tradicionales, golpeando sistemáticamente a la minoría étnica más numerosa del continente europeo.

El vídeo en cuestión