La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de marzo como el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Este día recuerda la Matanza de Sharpeville ocurrida en 1960 contra manifestantes que protestaban por la aplicación del Apartheid a manos de la policía sudafricana, si bien la magnitud del racismo, la intolerancia y sus múltiples rostros es mucho más antigua, desgraciadamente.

Desde la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas FAKALI, queremos resaltar la importancia de la conmemoración de esta efeméride justamente en estos momentos en los que nos encontramos. La propagación mundial del virus COVID-19 está marcando un antes y un después en esta nueva década, quizás a todos los niveles. Del económico al sanitario. Del político al social. El virus no sabe de colores, ni culturas, ni de clases, pero sí afecta indirectamente a aquellas personas que ya ayer éramos señaladas de una forma u otra. Hoy por tanto estamos más expuestas al racismo que ayer.

La lucha contra la discriminación racial no puede detenerse aunque el confinamiento nos mantenga en nuestros hogares. Es una tarea que nos implica a toda la ciudadanía, y es en momentos de enorme incertidumbre como el que vivimos, cuando el racismo campa aún más fuerte, haciendo una mezcla explosiva entre la crisis sanitaria y el antigitanismo más recalcitrante.

Las minorías sociales vuelven a estar en el centro de la diana de los intolerantes cuando nuestro sistema de vida sufre un terremoto de las magnitudes que ha provocado el Coronavirus. Desde nuestra entidad hemos comprobado con honda preocupación cómo se responsabiliza al Pueblo Gitano en diversos lugares de nuestro país de la propagación de la enfermedad, y de no seguir las indicaciones de confinamiento y aislamiento personal establecidas por el Gobierno en el estado de alarma decretado el pasado 14 de marzo. Eso ha promovido una escala de mensajes de odio y hasta de declaraciones totalmente fuera de lugar y más aún cuando provienen de personas con responsabilidad política. Pedir que entre el mismísimo ejército en un barrio, cuando es más que necesario el celo y la capacidad política sólo sirve para alimentar aún más el odio.

Denunciamos que determinadas actitudes individuales incívicas hayan servido de excusa para que los racistas vuelvan a generalizar y a situar al Pueblo Gitano en el disparadero ante la sociedad, con la colaboración inestimable de algunos medios de comunicación, y sobre todo de las redes sociales de Internet, verdadero caldo de cultivo para la difusión masiva de mensajes de odio hacia los gitanos y las gitanas.

No podemos olvidar que el racismo nos sigue impidiendo ejercer nuestros derechos como ciudadanos y ciudadanas de un estado democrático en pie de igualdad con el resto de la sociedad, teniendo presente que éste es estructural y se aferra a las mentes humanas como si de una enfermedad se tratara. Los gitanos y las gitanas seguimos estando en el vagón de cola a la hora de acceder al empleo, la educación, la salud o la vivienda, y la sociedad no puede permanecer indiferente ante esta situación.

Hoy más que nunca debemos apelar a la unidad y a la entereza ante quienes aprovechan estos momentos de enorme crisis para perturbar nuestra convivencia, que señala a los más débiles como responsables de los males que nos aquejan. Nuestro Pueblo es un pueblo comprometido y solidario, y seguirá aportando su granito de arena para que esta situación que todos y todas sufrimos como miembros de esta sociedad termine lo más rápidamente posible, y en las mejores condiciones.

En este día en el que refrendamos nuestro compromiso antirracista, y que como hemos señalado con anterioridad queda marcado por el COVID-19, no solo lanzamos a la sociedad un mensaje de firmeza contra el racismo, independientemente del grupo social que lo sufra, sino también un mensaje de esperanza y de ánimo para que entre todos y todas superemos esta crisis. Estamos convencidas de que después de esta experiencia, lograremos disfrutar de una sociedad más justa si todos y todas vamos de la mano.

Desde FAKALI no queremos olvidarnos de todos los y las profesionales de la salud, fuerzas de seguridad, y de otros ámbitos de trabajo que nos están cuidando y protegiendo en estas duras jornadas, para ellos y ellas, nuestro agradecimiento extensivo también a todas las redes de apoyo que en estos días se están tejiendo para ayudar a las familias más necesitadas, pues este virus sólo se combate con el mismo antídoto que el racismo: la solidaridad de toda la sociedad.