Movilizaciones y proclamaciones por el atropello de la Academia, que legitima ligüísticamente una imagen injusta, irreal e insultante de la ciudadanía gitana

Seguimos exigiendo a quienes aseguran trabajar por la correcta y precisa utilización del lenguaje la retirada de la acepción "trapacero", que sólo sirve para reforzar un discurso discriminatorio y racista     

Desde que tuvo constancia de tal afrenta, la Federación Andaluza de Mujeres Gitanas Y Universitarias de Andalucía no ha dejado de expresar su más enérgica indignación en nombre de todos los españoles gitanos y gitanas contra la Real Academia de la Lengua por incluir la acepción “trapacero” en la definición del término “gitano” en la 23ª edición de su Diccionario de la Lengua Española, publicado el pasado 20 de octubre.

La  definición de la propia RAE de “trapacero, ra” es: “De Trapaza”. Entendida ésta como “artificio engañoso e ilícito con que se perjudica y defrauda a alguien en alguna compra, venta o cambio”. Es decir, la RAE mantiene las connotaciones negativas (trampas, embustes, estafa, farsa, chantaje…) en la definición de “gitano”, volviendo a quedar asociado este término a conductas ilícitas, sin indicar siquiera que se trata de un uso coloquial o arcaico.

"La Academia insulta a más de un millón de gitanos. Hemos pedido que retire esa acepción tan peyorativa y tan negativa que, además, nos imputa un delito de estafadores. Es una aberración que en el siglo XXI, por una condición étnica, se nos diga que somos estafadores. Es una humillación. Es racismo institucional que no merecemos", ha recalcado una y otra vez la presidenta de Fakali, Beatriz carrillo, en los distintos actos públicos que han jalonado la reciente celebración del Día de la Comunidad Gitana en Andalucía, especialmente en el Ayuntamiento de Sevilla y el Parlamento de Andalucía.

La conmemoración de tan significativa fecha y su resonancia mediática ha servido de plataforma para la justa queja contra la RAE, por cuanto a esta federación le parece inverosímil que una institución considerada como la máxima expresión del conocimiento y la intelectualidad de España refuerce el discurso discriminatorio y racista hacia los gitanos y las gitanas. El mensaje mediático de Fakali, por ende, se ha circunscrito a esta triste realidad, con lamentables repercusiones en una población, la gitana, bastante castigada ya de por sí. Beatriz Carrillo ha incidido en este aspecto: "Parece que no hemos avanzado lo suficiente como quisiéramos, pues en estos años de democracia no se han destacado todos los esfuerzos que hemos tenido que hacer los gitanos para desarrollarnos el doble en la mitad de tiempo. Apenas se nos reconoce en las instituciones y en los medios de comunicación pese a que hemos contribuido al carácter y a la personalidad de Andalucía".

Fakali, una entidad comprometida con el reconocimiento público e institucional de la cultura gitana, que trabaja con denuedo en proyectar una imagen social alejada de todos estos calificativos, se ha visto estimulada en su ánimo reivindicativo y luchador por este insensato ejercido de discriminación por quienes precisamente aseguran trabajar por la correcta y precisa utilización del lenguaje. Por eso, aprovechando la presentación del diccionario en Sevilla el pasado 17 de noviembre, organizó una concentración de protesta frente a la Academia de Buenas Letras, lugar elegido para el evento, por la humillación y el desprecio hacia el pueblo gitano protagonizado por la RAE. Y así se lo hizo saber en primera persona su presidenta, Beatriz Carrillo, al académico Juan Gil en una imagen que ha sido portada de la prensa sevillana.

Aunque más allá de la trascendencia periodística, la relevancia del momento está en el traslado cara a cara de una reivindicación honrada. "Desconocemos qué interés les ha movido  a proporcionar una obra de consulta a los racistas, legitimando lingüísticamente una imagen injusta, irreal e insultante de todos los gitanos y gitanas que somos ciudadanos y ciudadanas españoles -enfatizó Carrillo ante Gil-. Los niños no tienen por qué leer eso en el diccionario. Es lamentable porque provoca una autoestima tan baja en nuestro pueblo que, al final, seguimos ocupando el último vagón de la sociedad y así se nos impide avanzar. Pero aún están a tiempo de remediarlo. Les pedimos, por favor, que retiren de una vez esa acepción tan abominable".

Esa sigue siendo nuestra demanda. Y seguiremos defendiéndola pese a las evasivas y pretextos de la RAE porque en nuestra obligación de proteger los derechos y la dignidad de la comunidad gitana entendemos que la Academia demuestra un comportamiento peyorativo y discriminatorio hacia ella en su modificación lingüística, que para más inri hace caso omiso a la recomendación oficial efectuada en su día por la Defensora del Pueblo, humillando así a la ciudadanía gitana. Porque Soledad Becerril, ya en febrero, había solicitado la revisión y modificación de esta cuarta acepción, dado que consideraba discriminatorio “la imputación a un colectivo de personas, por el mero hecho de su pertenencia al mismo, de una conducta negativa, en concreto el engaño”.

Pero lo que parece obvio para una inmensa mayoría de ciudadanos y ciudadanas de este país no lo es, sorprendentemente, para quienes alardean de limpiar, fijar y dar esplendor a la lengua y no tienen el suficiente alcance para entender que los usos lingüísticos constituyen una herramienta sutil e impermeable sobre la que se amparan los discursos racistas, xenófobos y discriminatorios que llegan a condenar a un pueblo.

Pero no nos rendiremos. La lucha prosigue…  

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