GANA LA JUSTICIA, PERO EL ANTIGITANISMO NO PIERDE
Hemos conocido a través de romea.cz que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos hace justicia con seis niños romaníes eslovacos que fueron detenidos y sometidos a aberrantes vejaciones (los desnudaron y los obligaron a besarse y a abofetearse ante la instigadora presencia de perros sin bozal, entre otras situaciones extremas) por parte de la policía de la localidad de Košice.
Los hechos ocurrieron en marzo de 2009, ante la inacción de las autoridades judiciales eslovacas, que ignoraron sistemáticamente en todas y cada de sus instancias las denuncias de las víctimas y absolvieron a los policías implicados. La desatención también es antigitanismo.
Ahora, 14 años después, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condena al Estado eslovaco y reconoce que las víctimas (menores en aquel momento) sufrieron abusos por parte de las autoridades policiales debido a su condición étnica. Recibirán una indemnización por ello (20.000 euros), sin ninguna duda merecida, pero vaya por delante que no hay dinero que pague la dignidad de una persona. Y menos cuando los responsables, de los que nunca se ha conocido su identidad pese a las grabaciones en vídeo existentes, no paguen por el mal y el daño causados a unos pobres niños indefensos y asustados ante sus miradas, actitudes y comportamientos racistas. La impunidad también es antigitanismo.
Desde FAKALI felicitamos al equipo jurídico del Centro de Derechos Civiles y Humanos que ha asistido a los denunciantes por su persistencia en defender la dignidad de estas personas, y por tanto, la dignidad de todo el Pueblo Gitano hasta llegar a Estrasburgo. Pero nos queda un regusto amargo: gana la Justicia, pero el antigitanismo no pierde. Mientras los «culpables» no sean juzgados y condenados, no lo hará.